Eduardo Barreiros
11 de julio de 2018
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Los camiones Barreiros dejaron su impronta en las carreteras cubanas y también en la memoria de quienes los operaron. Grandes, poderosos, confortables, con un diseño atractivo, los Barreiros se adueñaron del transporte pesado y popularizaron en la Isla el nombre de su constructor, el empresario español Eduardo Barreiros.
Cuando Barreiros se establece en Cuba a finales de la década del 70, había recorrido ya un largo camino como hombre de negocios de la industria automotriz en España y Europa, al punto de estar reconocido como el mayor empresario privado del sector automovilístico español de su época, con un campo de relaciones y perfiles de trabajo en el sector verdaderamente abarcador y sorprendente.
Al gallego Barreiros, así se le solía nombrar, se le conoce por su transformación patentada de los motores de gasolina a diesel, así como por la fabricación de camiones y otros vehículos industriales. Innovador, pero al mismo tiempo muy resuelto en sus decisiones, por su condición de empresario debió asumir riesgos financieros y tomar decisiones reveladoras de su profundo conocimiento del mundo de los motores.
Eduardo Barreiros nació en Orense, España, en 1919. En 1925 su padre compró el primer autobús, de manera que para Eduardo el tema de la transportación le vino de muy cerca, y como buen hijo de gato, también él caza ratones: se adiestra de aprendiz en un taller de mecánica. Años después, se crea un pequeño taller familiar donde Eduardo empieza a reconstruir autobuses para la línea familiar.
Es en 1949 cuando en el taller de Orense empieza la transformación de los motores de gasolina a diesel para cubrir las necesidades de los propios vehículos utilizados en las obras de las contratas que asumía, y cinco años después funda Barreiros Diesel. El modesto empresario está ya en vías de convertirse en un gran empresario.
En cuanto a Cuba, Barreiros firma contratos para realizar un plan de desarrollo de la automoción en el país, que incluye la creación de industrias principales y auxiliares con el fin de producir motores diesel de 6 a 12 cilindros en V, cuya denominación será Taíno.
El Instituto Superior de Diseño Industrial de La Habana le confiere la categoría especial de profesor invitado y la Universidad de La Habana el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Técnicas, en tanto se le entrega la distinción La Giradilla, símbolo de la ciudad conferido a quienes reúnen méritos extraordinarios por su excepcional contribución al desarrollo de la capital.
Eduardo Barreiros murió en La Habana el 19 de febrero de 1992. Para entonces hacía ya buen tiempo que su corazón estaba compartido entre Galicia y Cuba.
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