Inteligencia al servicio del mal
4 de mayo de 2018
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La desinformación se ha convertido en un instrumento manejado por las agencias de inteligencia occidentales para convertir a sistemas comunicativos que debían servir a la concertación y la verdad, en herramientas de corrupción, infiltración, sabotaje, falsedad y ocultamiento de la realidad.
La verdad es falseada de tal forma que la misma noticia aparece al unísono en todos los programas noticiosos con interpretación similar, siempre en contra de Rusia, Irán, Venezuela, el pueblo palestino y, más recientemente, Nicaragua, sin olvidar que Cuba y la República Popular Democrática de Corea son antiguos objetos de agresión mediática.
Se ha hecho mucho hincapié en que la televisión es el medio ideal para tergiversar la verdad, pero lo cierto es que, independientemente de su importancia, los demás medios son también manejados inescrupulosamente cuando sirven a intereses transnacionales, de la guerra, de la apropiación indebida de la riqueza mundial, pues difunden deformación, esconden la verdad, seleccionan hechos que agreden a la dignidad humana y se parcializan con la falsedad.
Además, no ofrecen la oportunidad de contrastar lo dicho. Es especialmente válido cuando no se admiten contradicciones, y trayendo a colación otra vez a la televisión, quizás algunos de ustedes hayan visto alguna vez la de otros países en que las intervenciones son cortadas “democráticamente”, cuando surge alguna denuncia no grata al establishment.
La inexistencia de pruebas y la facilidad de criminalizar con titulares es impresionante, indicando que el odio es el principal “principio” para quienes dominan los círculos de poder, como se demostró con las guerras de agresión emprendidas o manejadas por el imperialismo y sus aliados en Afganistán, Iraq, Libia, Siria y Yemen, así como en el ascendente genocidio palestino en Gaza.
Sharon Burke, de Cable News Network (CNN) es explícita en atemorizar al pueblo estadounidense, diciendo: “Ahora, los rusos han llegado de verdad y se han infiltrado en cada rincón del país con el único objetivo de perturbar el estilo de vida estadounidense”, manifestando el peligro de que mucha gente tenga una opinión favorable sobre Vladimir Putin. Aún más, en esta truculencia se busca que los ciudadanos estén aterrorizados, pues supuestamente Moscú ha estado hackeando la infraestructura norteamericana, dejando posiblemente al país sin electricidad.
Además del gobierno de Donald Trump, hay otros que tienen como objetivo colmar al televidente, escucha y lector con afirmaciones que confirman la mentira sin explicar nada, para hacer creer algo que no es verdad. Parece algo simplón, tosco y burdo para que funcione, pero lo cierto es que el atosigado deviene en víctima primero y cómplice después.
Cabe destacar que en estos momento se desarrolla un fuerte movimiento estudiantil que ha salido a las calles de numerosas ciudades norteamericanas para hacer frente a las desmedidas medidas de Trump contra los emigrantes, latinos, negros y la propia población blanca que no le es fiel, actos que la prensa muestra en forma restringida.
Ello ocurrió también hace unos días en Argentina, Paraguay y Chile, donde los movimientos estudiantiles se han convertido en grandes enemigos del fascismo y las dictaduras en democracia restringida, cuyas marchas por las calles son cortadas fílmicamente en todo el proceso y mostradas al final solamente. En Chile, se produjo una enorme manifestación en la que los medios al servicio del gobierno solo hablaron de la anarquía de la juventud, pero no analizaron el porqué se quejaban del lucro, la privatización, la asfixia económica a las familias y la participación limitada en la decisión escolar y universitaria.
Creo que cuando se habla de sumisión, los medios de comunicación latinoamericanos, salvo honrosas excepciones, son extremamente sumisos, aún más con este neoliberalismo que acosa a los pueblos.
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