La mafia continúa, el destino es incierto
25 de abril de 2018
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Quizás haya sorprendido algo el estrecho margen con el cual el derechista Partido Colorado mantuvo la silla presidencial mediante Mario Abdo Benítez, alias Marito, y pienso que por la buena labor realizada por la oposición, especialmente la centroizquierdista Gran Alianza Nacional Renovada (GANAR), la cual postuló al liberal Efraín Alegre.
El Partido Colorado ha mantenido las riendas del poder desde la instauración de la dictadura de Alfredo Stroessner, y solo en el 2008 se tuvo que alejar un poco hasta que depuso en un golpe parlamentario al sacerdote de izquierda Fernando Lugo, quien volvió a la palestra política en GANAR y postuló a la vicepresidencia al periodista Leo Rubín.
La maquinaria colorada funcionó nuevamente a las mil maravillas, independientemente de la anterior división entre las facciones entre facciones del presidente saliente, Horacio Cartes, quien pretendía reelegirse, y el que será ahora su sucesor.
Las ansias de poder es solo lo que ha hecho dividir a veces al Partido Colorado, que, no obstante, logra unirse en los momentos más importantes, ante el creciente peligro de un movimiento que pudo aglutinarse y le dio batalla. Los comicios con solo una vuelta y las aspiraciones de otros seis candidatos con votación minoritaria contribuyeron a la victoria de la reacción.
Narcopolítica
Desde la época de la dictadura la narcopolítica ha extendido sustentáculos por todo el país, y a ello ha contribuido Cartes y nadie duda de que con Marito seguirá gozando de buena salud.
La narcopolítica ha tenido su epicentro en el norte del país, en los departamentos de Canindeyú, San Pedro, Concepción y Amambay, pero sus tentáculos se extienden a otras zonas.
Se puede afirmar con certeza que las organizaciones mafiosas no podrían sostenerse ni expandirse, como lo han hecho en el último periodo, si no fuera por su íntima vinculación con los centros de poder político.
Datos oficiales daban cuenta que los organismos de seguridad investigaron 1 900 casos de narcotráfico ligados a autoridades, pero nada se hizo al efecto, porque este tipo de negocio, el contrabando, la trata de personas y el lavado de dinero proveniente de estos y otros delitos son fuentes principales del sostenimiento de los partidos tradicionales y sus campañas políticas, en especial del Partido Colorado.
Actualmente, además de financiar campañas, los capomafiosos logran cargos electivos. Abundan casos identificados de varios diputados, gobernadores, concejales departamentales y municipales vinculados al negocio, y nadie duda de que Cartes esté implicado en ello.
Varios informes periodísticos dan cuenta de que la tabacalera Tabesa del presidente saliente, se halla involucrada en operaciones de contrabando. En Brasil y Colombia fueron incautadas miles de cajetillas por valor millonario.
La familia Cartes se inició en el delito de la usura, para luego pasar a la evasión de divisas, motivo por el cual Horacio estuvo procesado y fue enviado a la cárcel de Tacumbú. Cartes también mantuvo lazos con Fahd Yamil, conocido mafioso de la frontera, condenado a 30 años de cárcel en Brasil, por tráfico de drogas y otros delitos.
No solo el colorado
Las vinculaciones con el narcotráfico no es sólo patrimonio del Partido Colorado. En ese sentido es digno de destacar que el actual presidente del Senado, Robert Acevedo, es sospechoso de tener vínculos con negocios ilegales.
Los negocios millonarios de los capos mafiosos, al momento de disputarse zonas, rutas, clientes, puestos políticos, etc., tienen costos altos y muchas veces incluyen terribles muertes. Las últimas y más resaltantes fueron la del intendente de Bella Vista, Miguel Echeverría, la de Jorge Rafat, conocido mafioso vinculado con el Partido Colorado, y la del ex diputado Magdaleno Silva, narcotraficante confeso, quien antes de ser asesinado por sicarios acusaba a su rival político, el también diputado colorado Alsimio Casco, de estar detrás de los atentados previos contra su vida.
Este contexto en el que se desenvuelve y opera la mafia es el fenómeno que muchos han denominado proceso de mexicanización del país. La analogía con lo que sucede en México resulta del desarrollo que conlleva una significativa evaporación de las instituciones del Estado en determinadas zonas, donde quienes rigen el destino del lugar pertenecen a una organización mafiosa, sin necesidad de una actuación paralela respecto a las autoridades constituidas, ya que existen relaciones carnales con las mismas. Así, determinan las actividades económicas y comerciales del lugar.
Ahora con Marito en el poder, los narcotraficantes hallarán seguramente un fuerte aliado. Hijo del secretario particular de igual nombre del dictador Stroessner, llama demagógicamente a la unidad en un país donde mafia, oligarquía, latifundistas y consorcios nacionales e internacionales lo controlan todo.
Ahora pretende seguir reduciendo los impuestos a los ricos, con lo cual aumentará la brecha desigual de estos con los pobres, a pesar del crecimiento económico sostenido.
Obreros abandonados y campesinos maltratados y asesinados cuando exigen una reforma agraria contemplada en la Constitución –una de las pocas que tiene este acápite en el mundo– no encontrarán nada bueno en el próximo quinquenio.
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