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Palestina: la tierra y la sangre

2 de abril de 2018

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Llamar a “ambas partes” a la moderación, me parece demasiado poco –por no decir nada–, cuando lo que se produce en Palestina por estos días es una masacre –una más– contra esa población árabe que se manifiesta en reclamo a su derecho a la tierra, que le ha sido usurpada una y otra vez por el colonialismo sionista.

Cuando en las primeras jornadas de protestas en la zona de Gaza han muerto 17 personas y hay 1 400 heridos –todos palestinos–, la condena en la ONU debió de sentirse con más peso y pasar del ya trillado llamado “a ambas partes”, a la exigencia real y efectiva para que Israel termine con el genocidio.

La conocida como Gran marcha de retorno, en Gaza, está organizada para seis semanas, aunque tras la masacre perpetrada por los militares de Tel Aviv, cuando apenas comenzó la protesta, puede conducir a una explosión social mayor ante la violencia extrema de Israel.

Los palestinos exigen el regreso a sus tierras de millones de compatriotas expulsados del lugar donde nacieron y vivieron.

El ambiente anti palestino ha sido exacerbado luego de la llegada al poder en Estados Unidos de Donald Trump, quien decidió trasladar a Jerusalén la embajada de su país y expresar públicamente su oposición a la existencia de dos Estados, uno palestino y otro israelí.

Lo que internacionalmente se ha considerado como “un beso a la muerte” –el traslado de la sede diplomática estadounidense a Jerusalén–, echa por tierra todos los acuerdos de la ONU y otras instituciones internacionales en cuanto a que la Ciudad Santa sería la capital de los dos Estados, y mientras la propia ONU se ocuparía de su neutralidad para que ambas poblaciones, la judía y la árabe, acudan libremente a los sitios sagrados que allí cohabitan.

La fecha del pasado 30 de marzo para iniciar la pacífica marcha palestina, coincide con el llamado Día de la Tierra, en recordación a la muerte de seis civiles palestinos, por las balas asesinas de las fuerzas de seguridad de Israel, durante una manifestación ese día de 1976.

De entonces a la fecha han sido miles los palestinos caídos por las balas de fusiles y tanques de Israel.

Esta vez, los tanques han vuelto a desenvainar sus cañones y los francotiradores se han encargado, de manera selectiva, de disparar contra civiles, entre ellos niños, que ya han aportado una cuota más de sangre para teñir de rojo las tierras reclamadas.

Mientras todo esto ocurre, en quizás el más viejo y controvertido conflicto dominado por el interés estadounidense de contar con un estado aliado, o más bien, una punta de lanza en sus intenciones de dominar todos los recursos del Oriente Medio, el presidente de los twits, desde Washington, sigue apostando y financiando su enfermiza filosofía de echar por tierra todo proceso de paz y gobernar al mundo a la usanza de Estados Unidos primero.

Comentarios



voima / 2 de abril de 2018

los palestinos pasaron en cambio del domino turco a la administracion directa del mandato britanico..y la mision de este mandato era convertir a palestina en un estado judio.por lo tanto la lucha de los palestinos no era por la independencia si no una lucha existencial para salvar el caracter arabe del pais--