Miguelito Cuní. Recordando al Sonero Mayor (II)
22 de marzo de 2018
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En este Centenario entrando en consideración de una buena parte de lo citado por Radamés Giro y Leonardo Acosta, Miguelito Cuní quedó ligado estrechamente a las expresiones musicales de profunda raíz sonera, las que constituyeron el fundamento vital de su quehacer musical, por que Cuní, al decir de la investigadora Ada Oviedo Taylor: en un articulo publicado en la revista “Tropicana Internacional”, titulado “El que tanto son cantó” afirma: “Miguelito Cuní es el son mismo”.
Por otra parte, algunos pocos conocen a ciencia cierta, que, fue en el año 1938, en que Miguelito Cuní se traslada definitivamente a La Habana, donde comenzó a cantar con la orquesta de Ernesto Muñoz en la radioemisora “El Progreso cubano” –hoy radio Progreso– a solicitud de su propio pianista y director. En consideración a lo expresado por este destacado pianista: “cuando escuché a Cuní –recuerda Muñoz– me gustó tanto que le propuse venir a La Habana a cantar en mi orquesta. Montamos números sobre todo de Agustín Lara, cuyas canciones interpretaba muy bien. Comenzó en la radioemisora de Rufino Pazos, en la Manzana de Gómez. Muy pronto se dio a conocer en los dos años en que permaneció en la orquesta.”
Tal vez, algunos hayan escuchado que fue a finales de 1939, cuando Cuní ingresó en el “Conjunto Arsenio Rodríguez” como voz prima, con el que actuó en el afamado cabaret “Edén Concert” –antecedente del cabaret “Tropicana”– y también en el “Sans Soucí”. Con esta agrupación, igualmente actuó en las radioemisoras “Mil Diez” y “Circuito CMQ”. Luego, en 1940, Cuní alineó con la orquesta del famoso flautista “Antonio Arcaño y sus Maravillas”, agrupación en la que permaneció hasta finales de 1942, en que Arcaño suprimió a los cantantes de su agrupación.
Si bien, Arcaño siempre resaltó las cualidades vocales de Miguelito Cuní, en especial en una entrevista realizada por René Depestre, donde el afamado flautista expresa: “Fue un cantante que gustó mucho entre los bailadores, con una voz fuerte de sonero grande, muy inteligente, con exquisita pronunciación, y una tesitura de extensión poco común en cantantes de su género, capaz de dar un do agudísimo con pureza.
Aparejado a lo anterior, la investigadora Ada Oviedo Taylor afirma en el articulo ya citado que: “la poética de Miguelito Cuní se define por la intención expresiva de su voz, la capacidad de improvisar, cualidades innatas que al decir del trompetista Félix Chappotín: son imprescindibles para el canto de un poeta sonero”.
A Cuní se le recuerda sencillo, conversador, jovial, con un alto sentido de la amistad, elegante en el vestir y actuar. Y con independencia de lo expresado por Arcaño, en cuanto a sus valoraciones estéticas del canto de Miguelito Cuní, yo pudiera agregar que, la gran musicalidad de Cuní, buen fraseo en una voz seca, pero con un buen sentido del ritmo y amplia extensión vocal, además de una buena capacidad de improvisación, lo convirtieron en un cantante popular que conocía profundamente, la materia sobre la cual trabajaba. No se puede obviar que también cantaba excelentemente el bolero, el bolero-son, y el bolero soneado.
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