Porque La Habana es La Habana
9 de febrero de 2018
Por Indira Hernández Alonso
La sala de presentaciones José Lezama Lima acogió la presentación del libro Habana Bohemia del periodista e historiador Rafael Lam, resumen de la cultura material e inmaterial de esta ciudad declarada Maravilla del Mundo.
En el volumen, bajo el sello de Ediciones Cubanas, se comprobará por qué debemos considerar, por ejemplo, los salones de baile o los jardines de la Tropical atracciones turísticas de nuestro tiempo y espacios culturales únicos en el mundo.
Asimismo, la publicación busca el rescate cultural de las icónicas instalaciones recreativas y de muchos lugares que se han perdido, pero de alguna forma siguen ahí como la playa de Marianao.
También descubre en sus páginas muchos de los secretos y peripecias de la capital cubana a lo largo de los años, marcadas por alegrías y angustias. Igualmente, la lectura invita a los interesados en conocerla en profundidad a un recorrido por sus principales y más emblemáticos lugares de ocio, los cuales son un reflejo de identidad y cultura nacional.
“Pensaba en el anhelo de realizar este libro quizás toda mi vida y cada vez que recorría las calles de La Habana, cuando disfrutaba como si estuviera en un paraíso”, afirmó el Lam.
El autor consideró que “después de la lectura del texto, el cubano se encontrará con una Habana más glamurosa y más querida porque, como dice Eusebio Leal, “la Habana ala mucho”.
“Ojalá que el libro aliente un mayor rescate de nuestra grandiosa urbe”, manifestó al tiempo que citó las palabras de Roberto Fernández Retamar que dicen “abandonar La Habana es abandonarse a uno mismo”.
Durante el encuentro, momento para homenajear a nuestra capital próxima a cumplir 500 años de fundada, Lam se refirió a esta no solo como una ciudad, sino como algo más que eso: una gran civilización comparable para él con la antigua Mesopotamia.
En ese sentido, el también destacado cronista de la música de la Isla, clasificó a esa Cuidad Maravilla como un lugar de encrucijada por donde pasaban los barcos con destino al Nuevo Mundo. Además, compartió con los presentes esa visión de Fernando Ortiz en la cual la nombra La Sevilla de América, urbe de servicio y máxima expresión de invasiones, colonizadores y forasteros, lo más grande de la época.
En su opinión, escribir sobre la capital representa una verdadera proeza porque atrapar tanta historia en un libro resulta bastante difícil, decidir tras una considerable investigación y levantamientos de datos cuáles son los temas más importantes y pulir la obra para que no se convierta en un “bloque”. El reto, expresó el autor, estuvo en darle al libro el mismo atractivo que tiene la propia Habana.
El volumen revela la extraordinaria riqueza de esa urbe que le ha abierto las puertas a tantos cubanos, y también a extranjeros, todos afortunados, como expresa el libro, por hacer inolvidable cada minuto de conocerla y disfrutarla.
Al decir del consagrado periodista Ciro Bianchi, quien igualmente en numerosas ocasiones ha dedicado textos a la capital de todos los cubanos, Lam demuestra sus pasmosos conocimientos sobre la historia de la bohemia habanera, esa que a veces no se escribe, pero que es transmitida a voces desde la tradición oral. Así, la rescata y apresa en sus cuartillas, ayudando a que esa pequeña historia perviva; y todo gracias a la labor de un cronista de lo urbano como Lam.
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