Presenta Plan Maestro investigaciones claves para el desarrollo de la ciudad

9 de febrero de 2018

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Marjorie Peregrín

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Cuba, Cultura, Ediciones Boloña, Eusebio Leal Spengler, Plan Maestro

Fotos: Néstor Martí

 

 

“Nos parece que los centros históricos deben desarrollarse de una manera integral, de una manera culta”, dijo Patricia Rodríguez Alomá, directora del Plan Maestro de la Oficina del Historiador, al presentar el Plan de desarrollo integral de La Habana Vieja (PEDI) 2030, y el Plan de manejo paisaje cultural de la bahía de La Habana. Avance, publicaciones ambas que trazan las directrices de dos zonas fundamentales en el desarrollo de la capital cubana.

Presentados en el pabellón A-8 de Ediciones Boloña, en la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, los dos libros son considerados instrumentos metodológicos estratégicos para el planeamiento urbano del Centro Histórico y la bahía de La Habana.

 

 

El PEDI implica cinco dimensiones fundamentales para lograr sostenibilidad y prosperidad adecuadas: los ámbitos institucional, cultural, medioambiental, económico y social. “Trabajamos para los seres humanos y a partir de ahí todas las demás dimensiones han de formar un todo integral”, explicó Rodríguez Alomá.

Añadió que estas cinco dimensiones, recogidas en la primera parte del libro, no forman parte habitual de los instrumentos de planeamiento hasta ahora reconocidos, lo cual da mucho valor a la investigación sostenida por el Plan Maestro durante los últimos veinte años.

 

 

El libro cuenta con una segunda parte, la cual tiene que ver con el ordenamiento urbano, la estructuración del territorio y la distribución de actividades, y con una tercera que contiene un plan de acción a corto plazo, alrededor de cinco años, y acciones concretas a ejecutar.

La directora del Plan Maestro consideró que un instrumento como PEDI 2030 se completa a largo plazo pues requiere de una valoración multidimensional, a diversas escalas y tomando en cuenta múltiples voces, ya que “mientras más participativa es su construcción, más apegado a la realidad está y obviamente puede ser más duradera”.

 

 

Dijo que los especialistas del Plan Maestro ya trabajan en el panel de indicadores y en el plan de implementación del PEDI, y agradeció a la Dirección de Cooperación Internacional de la Oficina del Historiador porque la mayoría de los instrumentos de este plan integral han contado con su colaboración.

“No se puede construir instrumentos desapegados de la realidad, siempre nos estamos actualizando conceptualmente… En la medida en que esa realidad lo nutre, el instrumento se hace más operativo, más aterrizado, y las decisiones menos discrecionales, más reguladas”, afirmó, y consideró este programa como una continuidad del elaborado en 1998.

 

 

Por su parte, el arquitecto Kiovet Sánchez explicó que hace apenas cinco años confluyeron dos sucesos importantes: la decisión en los niveles más altos de mudar el puerto comercial que se encontraba en la bahía de La Habana hacia Mariel, y la actualización por parte de la Unesco de los expedientes del patrimonio cultural.

El volumen, indicó, es el primer paso de lo que será el Plan de Manejo del Paisaje Cultural de la Bahía de La Habana y su entorno, con el cual se propiciará la transformación y refuncionalización de esa zona, considerada el más valioso paisaje urbano histórico de la ciudad.

En esta zona predomina el patrimonio industrial, por ello en la investigación fueron identificados y evaluados los bienes asociados a él, específicamente el portuario, que requería de una valoración y de protección inmediata, al tiempo que se establecieron las potencialidades reales para realizar transformaciones y localizar los objetos de intervención que pueden ser reconvertidos.

 

 

Se analizó mucha información gráfica, puntualizó Kiovet, y fueron desarrolladas varias aplicaciones informáticas, entre ellas un gestor de imágenes, “de mucha utilidad porque permitió a urbanistas, arqueólogos, arquitectos y otros especialistas trabajar con un fondo común y enriquecerlo”.

El plan de manejo en avance incluye estudios del paisaje cultural, del medio natural que es la bahía, desde el ángulo antropizado: cómo el hombre fue modificando el paisaje en la bahía y le fue adicionando nuevas infraestructuras que le dieron características singulares dentro de la estructura del puerto. Por último, el paisaje visual, que es uno de los elementos de más connotación para lograr la condición de Paisaje cultural.

 

 

“Es un instrumento de trabajo para comenzar el proceso de consulta y normativa”, dijo el arquitecto del Plan Maestro, y añadió que permitirá establecer, a partir de la identificación de los recursos paisajísticos, hasta dónde pueden crecer ciertas áreas, cuáles son los lugares que se deben proteger, cuáles son los elementos del paisaje portuario relevantes que deben ser protegidos, potencializados o que deben tener un tipo de referencia hacia los nuevos proyectos urbanos.

Ese material se elaborará en otros dos volúmenes, los cuales se constituirán en instrumentos definitivos y estarán concertados con el plan de planeamiento urbano de la Dirección Provincial de Planificación Física y el de gestión medioambiental del Grupo de Trabajo Estatal de la Bahía.