La asertividad
19 de enero de 2018
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Desde la década de los 90 del siglo XX se habla con frecuencia de la asertividad, de la importancia y beneficio que trae ser asertivo, de aprender a ser asertivo como una forma de manejar bien nuestras vidas, pero no creo que todos sepan qué significa este asunto, por lo que ahora le dedico este espacio, porque creo que es de utilidad.
El hecho es que la asertividad es la capacidad para actuar con tranquilidad, de forma directa, haciendo que se respeten nuestros derechos y, al mismo tiempo, respetando los derechos de los demás. Como ven, es fácil decirlo y entenderlo, pero difícil llevarlo a cabo, porque hay que ser capaz de muchas cosas, entre ellas mantener bien educadas las emociones, y fundamentalmente que las negativas no fluyan, aún en situaciones difíciles, aunque no hay que equivocarse y creer que la persona asertiva es un tolerante permisible, porque es algo más complejo, sino que significa que la mente emocional y la mente racional (al decir de Daniel Goleman) funcionen en armonía, y para eso hay que tener un buen alfabetismo emocional, como digo con bastante frecuencia.
Veamos entonces lo que debe caracterizar a una persona asertiva, y que suelen ser llamados “derechos asertivos”; empezamos con algo importante y es ser tratado con respeto, y ustedes se dirán que eso es elemental, y yo estoy de acuerdo, pero: ¿logramos siempre ser tratados respetuosamente? Me atrevo a decir que no, porque si un esposo, un hijo se enoja y nos grita en la casa por un asunto doméstico, puede ser que lo dejamos pasar “porque es mi familia y esas cosas pasan”, “no se dio cuenta”, “es su carácter” y otras justificaciones, sin darnos cuenta que están violando un derecho elemental de todo ser humano, y lo mismo sirve si es uno quien se lo hace a un familiar, y lo más grave es que este tipo de conducta va escalando y haciéndose más habitual y grave, porque es importante que actuemos de forma digna, y para ello hay que comenzar con el auto respeto, pues si uno mismo se respeta, los demás tiene que hacerlo también.
Otro aspecto es aprender a decir “no” sin sentirse culpable, sea quien fuere el que pretende que aceptemos algo, y va hasta con quien tiene un status de autoridad, ya que ni el jefe, ni nuestros padres pueden violar límites personales, como por ejemplo (es un caso real) a un amigo, su jefe (que tenía una posición muyyyy importante) le pidió que se responsabilizara con un error que había cometido él, con la justificación de no perder su puesto y con la promesa que le iba a ayudar después. ¡Increíble la falta de ética! y la agresión a un subordinado, aparte de otros análisis que se puede hacer de alguien que es capaz de pedir algo tan inmoral, pero les cuento que el amigo lo aceptó, así que es evidente que no es una persona asertiva.
Otras características de la asertividad es expresar nuestros pensamientos y sentimientos claramente para que los demás sepan bien por dónde andamos racional y emocionalmente, lo cual beneficia el diálogo, y no resulta extraño que personas allegadas no sepan por dónde anda el otro porque no dice lo que siente y piensa, y yo tengo la experiencia de parejas que se están divorciando y uno de los dos se asombra que el otro le diga cómo se ha estado sintiendo durante años y que se lo ha guardado, hasta que un día explota y se acaba el matrimonio.
También existe el falso criterio que ante una situación, lo mejor es ser capaces de responder inmediatamente, cuando lo recomendable es darse tiempo para pensar antes de actuar, para tener más certeza que la respuesta es la adecuada, y también para darnos la posibilidad de cambiar de punto de vista.
Los asertivos se dan el derecho de pedir lo que quieren, decir claramente que no sabe sobre un asunto ,y por lo tanto, pide información, se da derecho a cometer errores, sin creer que es el fin del mundo, o que “no sirve”, lo cual significa que somos imperfectamente humanos, por lo que siempre aprendemos algo y esto, en vez de avergonzarnos, nos permite ver nuestras imperfecciones y trabajar en ello. Y por último hay que estar claros en que no debemos comprometernos a hacer cosas para lo cual no estamos preparados o no tenemos tiempo, porque seguro fracasamos, y se sabe que las consecuencias de un fracaso nunca es buena. Como vemos, todos estos aspectos que dije, se relacionan entre sí para conformar una conducta asertiva.
Por último, debo aclarar que no podemos creer que la asertividad nos permite hacer lo que queramos para nuestro beneficio, provocando daño a otros, sino considerar que ser asertivo nos da el poder de manejar bien la vida y ayudar a los demás. Ahora bien ¿cómo es ser una persona no asertiva? Pues se lo cuento en la próxima entrega.
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