La hoja de la caleta
16 de enero de 2018
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La hoja de la caleta, producción cinematográfica cubana, se exhibe a partir de esta semana en el circuito de cines de estreno de la capital. Se trata de un filme dirigido por Mirta González y Jorge Campanería cuya acción transcurre íntegramente en Santa Cruz del Sur, pueblo costero de la provincia de Camagüey, y que cuenta con las actuaciones del niño Carlos Denis Fernández – procedente de la agrupación teatral infantil Abrakadabra –, Yohandis Aballe, Yoandra Suárez y Lianet Pacheco en los roles del padre, la madre y la maestra respectivamente, junto a las interpretaciones de Irela Bravo, Manuel Porto y Reinier Hernández.
El guión de La hoja de la caleta surgió primeramente de un cuento; posteriormente fue un guion radial seguido de uno dramatizado para la televisión, hasta finalmente transformarse en una obra para el cine. El mismo se inspira en las vivencias de Sandra, la esposa del autor, Pavel Alejandro Barrios, cuando rendía su servicio social como doctora en Santa Cruz del Sur, donde conoció a un niño que había perdido a su madre y que en la pantalla cobra vida en el personaje de Berto, enriquecido con el magistral trabajo del pequeño artista Carlos Denis y con la imaginería del guionista. En la película, Berto realmente tiene a su madre viva en el recuerdo y en el corazón, pues esta emigra al exterior dejándolo al cuidado de su padre, encarnado por el convincente actor camagüeyano, procedente de la radio, Yohandis Aballe, en lo que constituye un positivo debut en el séptimo arte.
La Casa Productora de la Televisión Cubana corrió con el financiamiento de La hoja de la caleta, mientras que el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) apoyó su distribución e exhibición.
Presentada entre las muestras colaterales del pasado 39. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el filme se perfila como una realización, que nos hace un llamado de atención: todos debemos volver la mirada hacia zonas alejadas de nuestro entorno, que aunque lejanas forman parte de nuestra idiosincrasia y que no están exentas de lugares existenciales comunes tanto aquí como allá.
El atardecer en nuestra sureña costa caribeña es captado con una belleza sin par por la profesionalidad de una cámara en función del paisaje, en la que el elemento humano forma parte integral, creando hermosos fotogramas fílmicos que convierten a La hoja de la caleta, en su aspecto formal, en un filme de arte difícil de olvidar.
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