Fin del Daesh: análisis a priori
12 de diciembre de 2017
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Primero en Siria y unas semanas después en Irak, se ha dado por concluida la presencia de los grupos terroristas del llamado Estado Islámico (Daesh) en ambos países.
La noticia no deja de ser alentadora, más cuando todavía están abiertas –y será así por muchos años– las heridas devastadoras provocadas por la más cruel degradación de la especie humana: el terrorismo.
En Siria han sido más de medio millón los muertos, heridos y mutilados por la acción de esos grupos, con el añadido de los civiles que mueren por los bombardeos de la aviación norteamericana, so pretexto de combatir al terrorismo, pero abiertamente contra el ejército sirio y favoreciendo a grupos llamados moderados –terroristas también– como Al Nusra.
En el caso de Irak las cifras de las víctimas provocadas por el actuar de un Estado Islámico nacido en aquellas tierras hace algo más de tres años, suma cientos de miles de personas, sin que esa nación árabe se haya recuperado de la atroz invasión y ocupación norteamericana y los bárbaros bombardeos que provocaron más de un millón de víctimas.
Esta semana, el presidente ruso Vladimir Putin declaró el fin de las acciones en Siria, en un acto con militares de su país que actuaron decididamente en ese territorio contra el Daesh y con la presencia del mandatario local… al Assab.
Putin, no obstante, aclaró que de resurgir algún foco terrorista en esa nación, sus militares actuarían decididamente para acabar con ellos.
Fenece el Estado Islámico, que se proclamó “califato” inicialmente en tierras iraquíes y ha dejado una estela de muerte y destrucción solo comparable con la arremetida fascista durante la Segunda Guerra Mundial.
En Irak, la expulsión de los terroristas de la ciudad de Mosul, este mismo año 2017, determinó la cuenta regresiva de los grupos armados, que a su paso dejaron la destrucción de lugares patrimoniales de valor universal, así como viviendas y edificios públicos que se suman a los arrasados por la aviación estadounidense cuando bombardeó y ocupó el país árabe.
En el caso de Siria, la toma de la ciudad de Al Raqa por combatientes del ejército sirio, provocó en buena medida la derrota total de los terroristas que se ha logrado esta semana.
No obstante el fin de las acciones militares, hay analistas europeos que consideran que “sería un error creer que esa derrota sellaría el fin del Estado Islámico”, según declaró a EFE el presidente del Centro de Análisis de Terrorismo en Francia, Jean-Charles Brisard.
El analista francés, asegura que el Estado Islámico continuará existiendo por dos factores: el califato virtual, que, según Brisard, sobrevivirá y continuará inspirando actos terroristas y los miles de combatientes extranjeros que van, sin duda, a relocalizarse en otras zonas como ya se ve en el Sureste asiático, Oriente Medio y África.
En fin, que en estas nuevas condiciones, el “califato” proclamado en la mezquita Al Nuri, en Irak, el 29 de julio de 2014, ahora, cuando ese centro religioso está reducido a escombros y no hay terroristas en la zona, el peligro de su expansión y violencia, se ha extendido por otras regiones que ya sufren de su actuar.
Este análisis a priori no pretendo de ninguna manera que sea pesimista, pero el realismo debe ser la base de cualquier enfoque sobre una situación que trasciende fronteras y modos de pensar y actuar.
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