Monumento a los Estudiantes de Medicina
4 de diciembre de 2017
|Cementerio Cristóbal Colón
Calle C, entre Calle 1 y Calle 3
Monumento a los Estudiantes de Medicina
Los trabajos de restauración llevados a cabo en la necrópolis habanera por parte de la Oficina del Historiador de la ciudad dejaron importantes resultados en los monumentos restaurados. Entre ellos, el construido a la memoria de los estudiantes de medicina injustamente fusilados por el régimen colonial español.
Corría el mes de noviembre de 1871, cuando ocho estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, entraron por curiosidad al antiguo Cementerio de Espada. Poco después fueron acusados de haber profanado el nicho del periodista español Gonzalo Castañón. Como consecuencia, todo el Primer Año de Medicina fue detenido a pesar de las protestas del Dr. Fernández Cubas, quien se negó a entregarlos. Sobre los ocho estudiantes recayó la pena máxima tras un juicio que no aportó pruebas concluyentes acerca del delito que se les imputaba. Una vez fusilados, los cadáveres fueron arrojados en una fosa común extramuros de la Necrópolis.
El esfuerzo realizado por Fermín Valdés Domínguez para reivindicar la memoria de sus compañeros no fue en vano. El 27 de noviembre de 1899 quedó oficialmente inaugurado el monumento funerario a los estudiantes, obra del escultor cubano José Vilalta y Saavedra, ganador del concurso que se había convocado, cuyas pretensiones fueron las de describir el hecho, hacer referencia a la injusticia cometida y reafirmar una vez más la inocencia de los estudiantes. Hasta aquí fueron traídos los restos de los jóvenes fusilados.
El monumento fue ejecutado en mármol blanco, con 10m de altura, matizado con alegorías que describen simbólicamente la injusticia que se cometió. Hacia el lado derecho se representa la “Conciencia Pública”; a la izquierda “La Justicia”, pero con la balanza inclinada y los ojos sin vendar, en alusión a la poca honestidad del proceso llevado a cabo; en el centro, una puerta por donde asoma “La Inocencia”, brotando de las tinieblas al campo de la luz pública y de la verdad.
En el cuerpo saliente de la base, hay una urna con una cruz decorada con elementos florales. Un obelisco, que posee en la cúspide un manto y una corona que lo circunda, remata todo el conjunto como expresión de luto y de dolor. A la derecha y a la izquierda del cuerpo central hay dos relieves representando, el primero, “La Ciencia Médico-Teórica” y el segundo, “La Ciencia Práctica”, por medio de objetos relacionados con la enseñanza de esta disciplina. Finalmente, en la base del monumento, se observan los rostros de los estudiantes esculpidos en relieves de bronce.
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