El amor es más que pasión
10 de noviembre de 2017
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El amor es algo esplendoroso, así dice una de las tantas canciones que se refieren al más sublime de los sentimientos, al amor de pareja. Nadie se escapa de amar, y no solo eso, sino que desde que entramos en la adolescencia ansiamos encontrar al ser amado, a ese que nos haga latir el corazón de forma galopante, que nos corte la respiración, que provoque enfriamientos y muchas otras reacciones, siempre acompañado de algunas cosas tontas como tropezar, tartamudear, no saber qué hacer con las manos, en fin, hacer el ridículo. El que no lo ha sentido, se ha perdido algo muy bueno, por eso no puedo dejar de escribir sobre el amor, los mitos y realidades; respecto a lo que creemos, nos dicen, vemos y nos enseñan sobre el amor y la forma de amar.
¿Qué escuchamos? Cosas así como “déjate llevar”, “no pienses y solo siente” y si algo va mal, pues también hay un repertorio de frases hechas como “el amor lo supera todo”, “los problemas se resuelven en la cama”, etc. Lamento decirles que si bien es cierto que para una novela esos consejos son muy buenos, para la vida real, el amor de verdad es mucho más que eso, y no crean que voy a intelectualizar el amor, porque eso me parece horroroso, pero no podemos dejar de ver un poco más allá de lo que “el cuerpo siente”, así que voy a la carga y me voy a atrever a dar algunos consejos para que el amor sea mejor, más profundo, más completo, o sea, para que nos haga más felices.
Existen algunas actitudes que debemos observar en el ser amado y que cada uno de nosotros también debemos tener para con el otro y que benefician el amor, y si están ausentes son señales que algo no funciona bien, porque la pasión inmovilizadora que describí al principio es inicial, pero después se debe transformar en un amor más amplio y que no solo satisface el cuerpo sino también –y es fundamental– alimenta el alma.
Hay tres elementos claves a tener en cuenta que son la atención, la amabilidad y el respeto, y esto incluye los pequeños actos, así como las acciones mayores, y no se deben aceptar justificaciones como que “nunca se lo enseñaron”, “me muestra el amor de otra forma”, “yo no me fijo en pequeños detalles”, porque ese suele ser el primer acto para abrir la puerta para muchos males que afectan el amor, ya que si se ama a alguien hay que prestarles atención a lo que dice, lo que le preocupa, lo que siente, lo que le afecta, etc. y no subestimar nada, ni tampoco, dar justificaciones como “es que no entiendo nada de su trabajo, así que cuando me cuenta lo que le pasó, no sé qué aconsejarle”. El asunto no es solo poder aconsejar, sino, y es lo más importante, lo que ayuda es que el otro se sienta apoyado, tener con quien hablar, porque es una manifestación de unión y apoyo, y claro que ocurre lo mismo en sentido inverso, o sea, que lo mismo lo hagan con nosotros.
Ser amable es algo que concierne lo mismo al hombre que a la mujer, y hago esta aclaración porque se piensa que es el hombre quien tiene que ser amable y preocuparse por los detalles como ceder el paso, abrir la puerta, ayudar a bajar una escalera, y si bien es cierto que esto es manifestación de amabilidad no es lo único, ya que ser amable también debe ser una cualidad femenina y en los aspectos importantes de la vida, como es crear un ambiente agradable en la casa, celebrar los aniversarios, recordar los gustos literarios para comprarle un libro, comprar entradas para ver la obra de teatro o la película que le gusta al otro y muchos otros.
Por último, el respeto es una actitud fundamental, porque el amor se tiene que basar en el respeto mutuo, me detengo aquí para aclarar que no se puede confundir el respeto con el distanciamiento, ni el amor con la trasgresión de los límites, lo cual es algo bastante difícil de entender y más aún de llevar a cabo, porque la privacidad en la pareja se pierde prácticamente, y los límites se vuelven un poco difusos, pero el respeto entre dos es aceptar sus criterios, sus decisiones, sus amistades y su derecho a la individualidad, como es reunirse con amigos, etc. Aunque todo esto tiene que ser negociado y recíproco, o sea, que hay que hablarlo, acordarlo y que haya un equilibrio en los derechos de ambos.
Por otro lado, los secretos no forman parte del respeto, así que lo que no se dice, lo que se oculta, querer tener en secreto el password de su email, del teléfono, son más bien manifestación que hay asuntos no declarables y por lo tanto, se puede pensar en una vida paralela, y solo se justifica si es para hacerle el bien al otro, o que –por supuesto– sea el secreto de un amigo, de un familiar, y por lo tanto, no tenemos el derecho de divulgarlo.
Sé que hay muchísimos divorcios en la actualidad, pero por qué no creer que la falta de atención, de amabilidad y de respeto sean algunos factores que propician separaciones amorosas que empezaron con mucha pasión, pero que no cultivaron el alma.
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