José Maury Esteve
3 de noviembre de 2017
|
Una vez que terminamos de publicar en esta sección la gran mayoría de las epístolas que figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, procedemos a incluir en De Ayer y de Siempre muchas de las notas biográficas publicadas al final de la obra.
Ellas tienen como objetivo informar a los lectores quiénes son las personalidades citadas en las cartas.
José Mauri Esteve (Valencia, 1855-La Habana, 1937). Compositor y director de orquesta. Hijo de padres cubanos, nació accidentalmente en España. Fue traído por sus progenitores a La Habana cuando solo tenía tres meses de nacido. Las primeras lecciones de solfeo las recibió de su padre, músico y literato de igual nombre. Más tarde, la familia se radicó un tiempo en Perú y el maestro Reinaldo Revagliatti le impartió clases de violín en Lima y lo presentó ante el público en el teatro Principal. De regreso a la capital cubana, continuó el aprendizaje de ese instrumento con Anselmo López, en tanto que los estudios de piano, armonía y composición los realizó con José Manuel Ubeda. A una década de su nacimiento, integró la orquesta del Albisu, en la cual permanecería once años como violín concertino, aparte de tocar el órgano en iglesias habaneras. Inició en 1874 su labor de compositor para la escena con la zarzuela El sombrero de Felipe II (L.: Ramón Espinosa de los Monteros, Gazul), estrenada en el Cervantes.
Mauri recorrió en su juventud países de Europa y América. En Colombia sería nombrado director de la Banda Nacional, e hizo una gira de conciertos entre 1893 y 1894 a fin de recaudar dinero en apoyo a la causa independentista del pueblo cubano. Se destacó en México como director de banda y orquesta, y lo aclamaron en 1899 al dirigir una puesta en escena de Aida en el teatro Arbeu. En Madrid fue violinista de la orquesta del Teatro Real.
De regreso a Cuba, en 1901, dirigió el cuadro lírico del Albisu, dio rienda suelta a su labor creativa, lo nombraron director de la Banda de Música del Reformatorio de Guanajay, e integró la Sociedad Filarmónica de La Habana y la Sección de Música de la Academia Nacional de Artes y Letras al surgir oficialmente esta institución en 1910. Cuatro años después abandonó la música escénica para dedicarse a la enseñanza en el conservatorio que llevaba su primer apellido.
Entre las zarzuelas y operetas debidas a su inspiración musical figuraron El barberillo de Jesús María, Los amores de Eloísa, Globos dirigibles, Lucrecia Borgia, Seguridad personal, Los efectos del can-can, La mujer del día… cuyos libretos, de baja calidad, pasaban a un segundo plano ante la inspirada y excelentemente instrumentada música de Mauri. Asimismo creó importantes obras sinfónicas: Grandeza y locura de Don Quijote y Serenata de Don Quijote a Dulcinea, laureadas en 1902 con los respectivos primer y segundo premios en el certamen del Diario de la Marina por el tricentenario de la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra; Los gnomos del Moncayo, Adagio a gran orquesta y Sinfonía en la mayor… Su música religiosa, que evidencia también a un compositor de altos vuelos, incluyó Misa de réquiem, Ave María, O Salutaris y Salve Regina, entre otras producciones. Además compuso danzones, himnos, contradanzas y canciones, entre las cuales sobresale el lied Rosas y violetas, con versos de Heinrich Heine, traducidos al español por Gustavo Adolfo Bécquer.
Galería de Imágenes
Comentarios