La orquesta Lecuona Cuban Boys
20 de octubre de 2017
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Una vez que terminamos de publicar en esta sección la gran mayoría de las epístolas que figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que aún se vende en librerías del país, procedemos a incluir en De Ayer y de Siempre muchas de las notas biográficas publicadas al final de la obra.
Ellas tienen como objetivo informar a los lectores quiénes son las personalidades citadas en las cartas.
Lecuona Cuban Boys. Cuando Ernesto Lecuona se vio obligado a regresar de Madrid a La Habana, en 1933, por indicaciones de los médicos, acordó con los integrantes de la Orquesta Lecuona su permanencia en España, escogió como director al pianista y compositor Armando Oréfiche y la agrupación prosiguió durante año y medio sus triunfales presentaciones en ese país y centros urbanos del norte de África. Después de verlos actuar en Logroño, el empresario y director artístico Sergio Vermel les ofreció un contrato para el hotel Lido, de Venecia, y cambió su nombre por el de Lecuona Cuban Boys. En Italia iniciarían una gira de cinco años, que abarcó Francia, Suiza, Suecia Noruega, Dinamarca, Bélgica, Mónaco, Alemania, Letonia, Austria, Bulgaria, Holanda, Bélgica, Irlanda, Gran Bretaña, Marruecos (español y francés), Argelia, Túnez y Egipto.
Las grabaciones discográficas realizadas en tal período dieron una extraordinaria popularidad a la orquesta, que en 1939 embarcó para La Habana ante el estallido de la II Guerra Mundial. Al siguiente año Oréfiche y los Lecuona Cuban Boys partieron a un extenso recorrido por América del Sur, el cual duró un lustro. En su transcurso, Lecuona los incorporó en noviembre de 1940 a su temporada teatral en Buenos Aires.
En 1946 Ernesto Lecuona propició un contrato en Hollywood a la Lecuona Cuban Boys para el rodaje del filme Carnaval en Costa Rica (Dir.: Gregory Ratoff), cuya música compuso el maestro. Terminada esa labor, surgieron diferencias de criterios en el seno del conjunto y Armando Oréfiche determinó separarse. Dejó todo a sus colegas, incluso el nombre con que alcanzó fama mundial la orquesta, la cual pasó a dirigir Gerardo Bruguera y mantendría su actividad hasta 1975.
A su vez Armando Oréfiche fundó, en 1946, la Havana Cuban Boys. Al frente de ella triunfó en Estados Unidos y Cuba. Luego la llevó a Europa. Se repitieron los éxitos en naciones antes visitadas con la anterior agrupación y, además, en Portugal, Líbano, Turquía, Grecia y Japón.
Tras nuevos contratos en América y Europa, la Havana Cuban Boys se desintegró a principios del decenio de los sesenta. Oréfiche fijó su residencia en España y falleció en Islas Canarias.
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