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Stand by o el drama de los jóvenes

19 de octubre de 2017

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retrato de harold lopez

 

Stand by, del aún joven pintor habanero Harold López, es una exposición que sugiere más de lo que muestra; ese es, sin dudas, uno de los reveladores misterios del arte: convertir la insinuación en determinadas certezas.

Esa es la primera reflexión ante Stand by, muestra que se exhibe hasta finales del presente octubre en la galería Villa Manuela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y que está conformada por nueve piezas de gran formato en la que la figura humana —todos jóvenes— permanecen en la quietud de la espera, en la expectativa, en el silencio: es como si cada quien estuviera inmerso, sumergido, en su propio yo. Y nada más: ese, tal vez, es el denominador común de la propuesta de Harold López (La Habana, 1977).

En reciente conversación con el pintor —graduado de la Academia de Artes de San Alejandro en 1998— para el espacio Luces y sombras de nuestra emisora, Habana Radio, Harold aseguró que Stand by es un término que escucha desde pequeño: “es como estar a la espera de algo y, a veces, esa espera se dilata demasiado y comienza a convertirse en otra cosa. Este proyecto  —no las obras— lo tenía pensado desde hace mucho tiempo, pero no había tenido un lugar donde exhibirlo, porque me parecía que podía ser una exposición que resumía mi carrera, que ya llega a las dos décadas, hasta el momento”.

 

Boca arriba. (Mixta sobre lienzo 150 x 150 cm)

“Boca arriba”. (Mixta sobre lienzo 150 x 150 cm)

 

Según comentó el artista cuando realizó Boca arriba se percató que tenía una visualidad diferente a lo realizado anteriormente y “me doy cuenta que es un punto de giro total; esa obra definió la exposición Stand by porque me llevó al tema de la insularidad: en Boca arriba hay una franja de mar con dos personajes tendidos en la arena y eso me motivó a realizar una serie con ese punto de vista”.

 

Los jóvenes siempre han sido tus protagonistas, pero quizás en Stand by han cambiado de contexto: eres muy figurativo, muy de ciudad, muy urbano.

Defiendo la figuración porque me interesa la comunicación con el espectador, sea entendido o no, pero a la vez no me quiero ser críptico ni hablar en lenguajes rebuscados.

 

Otro día sin noticias. (Díptico) Mixta sobre lienzo 150 x 150 cm

“Otro día sin noticias”. (Díptico) Mixta sobre lienzo 150 x 150 cm

 

La recurrencia de la juventud es muy simple: los jóvenes son el motor de la nación, lo que está forjando y es una preocupación personal; por otra parte, la juventud —además de ser un período breve de vida— es muy espontánea y diversa y me interesa observarla. Lo que no se hace durante la juventud, muchas veces, después es imposible llevarlo a cabo. Presto atención a cómo se visten, cómo se peinan, cómo se mueven y también cómo piensan. Todo eso está en la obra.

 

 

En Stand By está presente la influencia foránea a la que está sometida la juventud cubana de hoy.

Sí, porque considero que el artista tiene que ser fiel a su época y no puede estar suspirando por momentos anteriores y pasados. Los artistas tenemos la responsabilidad de dejar una huella del tiempo que nos tocó vivir y, por lo tanto, debe de retratar su momento y reflejar los conflictos que enfrenta.

 

Tanto pasado no me deja ver el futuro. (Óleo sobre lienzo 120 x 120 cm)

“Tanto pasado no me deja ver el futuro”. (Óleo sobre lienzo 120 x 120 cm)

 

Si la gente se viste de una determinada manera, de ese mismo modo las represento, por eso creo que mi obra hay que verla en su totalidad para poder apreciar cómo fue el proceso, cómo se fue formando y uno se percata que, desde el principio, hubo una intención marcada. La obra, en definitiva, refleja la relación de los jóvenes con su entorno.

En un momento determinado mi obra fue un tanto ambigua porque se podía ajustar a cualquier contexto. Incluso, cuando exponía fuera de Cuba algunas personas me decían que no parecía una obra realizada por un cubano; lo que sucede es que hay una construcción mental y la nacionalidad, también, tiene un componente de construcción. Al no ver palmas u otros elementos típicos de la Isla hay quienes se desorientan: Cuba es mucho más que eso. Sinceramente, trataba de huir de ese tipo de simplificación, pero en las dos últimas series —Discursos fragmentados y Stand by— están dedicadas enteramente a Cuba y, en especial, a un sector de los cubanos: los jóvenes.

 

 

En Stand by percibo una marcada economía de recursos, una intención para que nada distraiga al espectador, ¿es así?

Es difícil entender cómo un pintor como yo, eminentemente figurativo, reconozca que tiene influencia del abstraccionismo, que en esta serie se hace evidente en los fondos. Siempre evado los detalles porque todos los elementos que están en un cuadro tienen que estar justificados y, como lo que me interesa es el drama de los jóvenes, rechazo un poco ciertas tendencias del arte contemporáneo, que tiende a ser bastante objetual.

 

"Avanzando". (Óleo sobre lienzo 150 x 150 cm)

“Avanzando”. (Óleo sobre lienzo 150 x 150 cm)

 

En ese sentido, siento que hay una saturación y me pregunto, ¿por qué representar el objeto que el hombre construye y no el hombre mismo?: creo que soy un poco renacentista intentando poner al hombre en el centro de todo.

En definitiva, la economía de recursos es para que no exista distracción, para que el conflicto sea la persona y no los objetos que rodean al sujeto representado.

 

 

Stand by s una serie muy geométrica.

Es que en Stand by hablo del conflicto de la insularidad. Cuando en los años noventa estudié en San Alejandro, el tema de la insularidad era muy recurrente y hubo una especie de sobresaturación lógica: se estaban viviendo tiempos económicamente difíciles y la emigración era el mayor drama del momento. Demoré en llegar a este tema porque no encontraba una visualidad propia que se distinguiera de lo que hicieron, en ese período, artistas muy valiosos.

Estos planos —esa geometría que refieres— son para dar la idea de que los personajes están como encerrados por el mar, atrapados; por eso recalco los horizontes y los protagonistas están como enclaustrados en una jaula de arena y agua.

 

Intentando despegar. (Óleo sobre lienzo 200 x 200 cm)

“Intentando despegar”. (Óleo sobre lienzo 200 x 200 cm)

 

 

La paleta de Stand by es, casi, de colores puros.

Me interesaba la luminosidad porque la luz de este país es tan deslumbrante que, a veces, ciega. Hasta el momento mi obra no había sido oscura, pero por momentos sí. Por otra parte, como los formatos de Stand by son grandes me daban la posibilidad de trabajar mayores planos. Aclarar la paleta fue una decisión tomada conscientemente para establecer una suerte de ruptura formal con lo anterior.

 

 

Sin ánimo de hacer una explicación exhaustiva y dado que eres un pintor académico, ¿qué opinas del arte conceptual?

Es una elección personal y no critico al que haga otro tipo de arte ni tampoco creo que los pintores tenemos más valor. Lo que sucede, creo, es que el arte se ha democratizado, a veces, demasiado, y prevalece el criterio de que todo el mundo puede hacer arte y que todos pueden ser artistas: eso genera una confusión grande que se sale del terreno del arte y entra en el terreno de la filosofía y de las ciencias sociales. Todo se ha vuelto una amalgama muy convulsa. Soy un artista de galería —no tengo ningún prejuicio con esa clasificación— y siento que puedo hacer una exposición sin recurrir a nadie, lo cual no quiere decir que no haya hecho intervenciones públicas como la de la Terminal La Coubre durante una Bienal de La Habana.

 

"Resistiendo". (Mixta sobre lienzo 150 x 200 cm)

“Resistiendo”. (Mixta sobre lienzo 150 x 200 cm)

 

Esencialmente, respondo desde mi estudio: allí represento a la sociedad sin ser un enajenado ni un evasivo. Mi mayor disfrute es el acto de pintar.

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