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Por qué humillar a Puerto Rico

6 de octubre de 2017

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Demasiadas cosas adversas para solo cinco horas de estancia de Donald Trump en San Juan, Puerto Rico, o mejor dicho, en el barrio de Guaynabo, una parte rica de la capital, en la que bromeó con gente que no necesita que les faciliten linternas, porque no forman parte del 90% de la población boricua que aun no tiene luz eléctrica, agua, ni comunicación telefónica.

Se detuvo frente a una iglesia y lanzó rollos de papel sanitario a quienes curioseaban por el lugar. Nada más humillante para una población que, como parte de Estados Unidos –el país más rico de la Tierra– espera solidaridad moral y material para poder vencer la situación desesperante que vive esa Isla.

Entre los que más criticaron la visita y la actuación del magnate mandatario, la alcaldesa de San Juan, Yulín Cruz, la calificó de “terrible y abominable”.

Según BBC Mundo, la funcionaria enfureció tras ver algunas imágenes protagonizadas por Trump. Lo que más le molestó fue que el presidente lanzara, con pose de jugador de baloncesto, rollos de papel sanitario a las personas y evaluó el resultado de la visita como de “insultante”.

Sin embargo, Trump, que maneja la comunicación de la política de su gobierno a través de sus Twitter, estimó sus cinco horas de estancia en un pedacito de la capital puertorriqueña como “un gran día”.

Con anterioridad el mandatario estadounidense había criticado a los puertorriqueños que “quieren que se les haga todo”, dijo.

Su visita relámpago transcurrió dos semanas después de que la Isla fuera golpeada fuertemente por los embates del huracán María y cuando aun tres millones de sus habitantes no cuentan con luz eléctrica ni otros servicios básicos de salud, agua potable, alimentos, combustible y otros.

Entre las críticas de Trump a los puertorriqueños, antes de su tardía visita, dijo que “los estos han dejado nuestro presupuesto un poco desfasado”.

La alcaldesa de San Juan, afirmó que los comentarios del presidente sobre el presupuesto federal eran “insultantes para el pueblo de Puerto Rico” y que las comparaciones con el Katrina “minimizan nuestro sufrimiento”.

Los habitantes de la isla, según ella, “se están muriendo, no tienen los recursos médicos básicos”, una denuncia que ha venido repitiendo en los últimos días.

De esa forma transcurrió la visita mediática del presidente de los Estados Unidos a Puerto Rico, isla que con aquello de “estado libre asociado”, no pasa de ser, para los intereses de Washington, una colonia yanqui a la que se le puede humillar como le venga en gana a Donad Trump.

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