María Julia Casanova

15 de septiembre de 2017

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Ramón Fajardo

 

 

Una vez que terminamos de publicar en esta sección la gran mayoría de las epístolas que figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que  se vende en varias de las librerías del país, procedemos a incluir en De Ayer y de Siempre muchas de las notas biográficas publicadas al final de la obra.

Ellas tienen como objetivo informar a los lectores quiénes son las personalidades citadas en las cartas.

 

Casanova, María Julia. Nacida en La Habana, sintió desde niña una intensa afición hacia el teatro. Cursó la primera enseñanza en su urbe natal y la segunda en Canadá. En 1941 comenzó como autora radial y dos años más tarde escribió su primera comedia musical, cuya música compuso Olga de Blanck: Vivimos hoy, la cual se estrenó en el Auditórium. A esa pieza siguieron otras, como Rendez-vous para tres, Año bisiesto y Hotel tropical, esta última presentada en Buenos Aires y Montevideo por la agrupación artística de Mapy y Fernando Cortés bajo el título de La duquesa faltó a la cita.

Ayudó a Xavier Rojas en la formación del grupo Teatro Estudiantil Autónomo, de México, al que perteneció de 1944 a 1948. A su regreso a La Habana, una de sus experiencias primarias consistió en la dirección de la pieza Una mujer para dos, de Noel Coward, con el grupo ADAD; escribió y adaptó libretos para radio y televisión y dirigió distintas ediciones del Día de la Canción Cubana. Integró el colectivo de experimentadas colaboradoras de Olga de Blanck al fundarse en 1955 la sala-teatro del conservatorio Hubert de Blanck. Allí realizó, al siguiente año, las escenografías de varias óperas: La médium, El teléfono, Gianni Schicchi y La oca de El Cairo. A solicitud de Pro-Arte Musical, preparó en 1957, en el Auditórium, los decorados de otros dos títulos de ese género: El rapto de Lucrecia y Angélique.

A su inicial faena de escenógrafa en la sala Hubert de Blanck, sumó luego sus dotes como diseñadora de luces, directora artística, traductora al español y adaptadora de títulos teatrales. En su labor de dirección dramática en ese pequeño coliseo de El Vedado su mayor triunfo lo obtuvo al presentar su versión libre de Mujeres, comedia de la norteamericana Clare Boothe, a la cual adicionó canciones Olga de Blanck. Estrenada el 11 de diciembre de 1958, con la codirección de Cuqui Ponce de León, permaneció en cartelera un año y tres meses, y tuvo en su elenco a María de los Ángeles Santana, Loly Rubinstein, Rosita Lacasa, Nena Acevedo, Manela Bustamante, Lola Vilar, Alicia María Olivera, Margarita Pérez, Araceli Fernández y Raquel de Olmedo, entre otras actrices.

Considerada ya la mejor escenógrafa de su época, recibió en 1957 el Premio Tablado y en 1958 el de la Agrupación de Redactores Teatrales y Cinematográficos (ARTYC) por Mujeres y La dama de las camelias.

Para el cine creó los argumentos de Encadenada (1947, México, Dir.: Víctor de Urruchúa), Una gitana en La Habana (1950, Cuba, Dir.: Juan José Martínez Casado, Raúl Medina) y Bella, la salvaje (1953, Cuba, Dir.: Raúl Medina, a partir de la novela La dama salvaje, de Enrique Suárez de Deza). Hizo los guiones técnicos de Siete muertes a plazo fijo (1950, Cuba, Dir.: Manolo Alonso) y Frente al pecado de ayer (1954, coprod. cubano-mexicana, Dir.: Juan J. Ortega, con libreto basado en la novela homónima de María Teresa de la Cruz Muñoz).

Fijó su residencia en Miami en 1960. Empezó a trabajar en la radioemisora La Voz de los Estados Unidos de América como escritora y productora de programas. En la siguiente década redactó artículos para diferentes revistas, a la vez que dirigía comedias musicales y obras dramáticas con Pro-Arte Grateli. Por aquella época fundó la sala Teatro de la Danza, junto con el coreógrafo Armando Navarro y el empresario Roberto Miñagorri, en cuyo escenario estrenó entre otros títulos, Corona de amor y muerte, de Alejandro Casona. Diseñó los planos para la construcción del teatro Avante, en 1980, y luego asumió la dirección artística del teatro de Bellas Artes.

A los 89 años de edad falleció en Miami el 11 de septiembre de 2004. Dos años antes, Ediciones Universal había publicado el libro autobiográfico Mi vida en el teatro, en el cual María Julia Casanova narró sus experiencias artísticas en Cuba y Estados Unidos. En la jornada de presentación de la obra, reiteró a sus colegas y discípulos un principio mantenido por ella hasta el final de su vida: «Les pido que no se aparten nunca del teatro. Aunque tengamos momentos de menor entusiasmo por parte del público, no lo perdamos nosotros. El teatro tiene que seguir».