La música en la radio cubana (VI)
8 de agosto de 2017
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Hoy día, los cubanos amantes de la música denominada clásica o culta, sintonizan CMBF para escuchar: sinfonías, óperas, espacios dedicados a los diferentes períodos históricos…
y ampliar sus conocimientos sobre el arte y la literaturaa través de comentarios especializados. Pero no siempre fue así, pues cuando esta emisora era propiedad del magnate de la radio, Goar Mestre, transmitía programas musicales con artistas como: Rolando Mauriset (pianista santiaguero), las Hermanas Lago, las Hermanas Márquez, el Trío Servando Díaz y el Conjunto Saratoga, entre otros. Después, se incluyeron anuncios comerciales.
Cuando Mestre decidió crear un espacio de una hora de duración con grandes obras musicales grabadas por la emisora y un comentarista especializado, entró a formar parte de CMBF, el pianista e investigador Orlando Martínez quien entonces colaboraba con el director de la Orquesta Filarmónica de La Habana, Erich Kleiber, y empezaron a transmitirse sus conciertos, por control remoto. En el primer programa de este tipo, salieron al aire óperas de Puccini, Mozart, Verdi, entre otras. Los amantes de este tipo de música estaban de plácemes, pero Mestre empezó a ver en peligro sus intereses económicos porque las agencias de anuncios consideraban a CMBF como “un vehículo débil”. Sin embargo, su discoteca, de miles de ejemplares, había sido visitada por eminentes músicos extranjeros quienes la consideraban excelente difusora de la cultura y el mediopor excelencia para conformar el gusto musical de los radioyentes, algo que pudo constatarse cuando en 1949, la UNESCO seleccionó a esta emisora para transmitir en Cuba la grabación privada que se realizó por el centenario de Chopin, y otras de importantes conciertos de autores contemporáneos; nueve años después, se le otorgó la Orden de Mérito de la República Italiana, por la sistemática divulgación del arte operístico.
Felizmente, y gracias a los logros alcanzados desde que Orlando Martínez empezó a trabajar en CMBF, en 1969 fue nombrado, oficialmente, director de la misma, y se mantuvo la frase creada por su antecesor: “Ofreciendo música y sólo música”, que era fiel a sus objetivos y se mantuvo durante muchos años. Pero los tiempos cambian y los conceptos evolucionan, por lo que, poco a poco, el espectro se fue ampliando y surgieron espacios dedicados a otras especialidades de la cultura artística y literaria. Revistas como: “Del Arte Eterno” incluyen comentarios de gran interés; también hay un espacio para niños y niñas; otro dedicado a José Martí, a cargo del especialista en la materia Pedro Pablo Rodríguez; el cine también está presente. Pero aunque la diversidad favorece las transmisiones de CMBF, siempre será la música del repertorio clásico de todos los tiempos el que marque la característica principal de esta emisora
A manera de resumen podemos afirmar que CMBF tiene un perfil muy definido, caracterizado por la calidad de sus numerosos espacios, donde la música incluye todas las formas musicales, épocas, estilos, tendencias, escuelas y autores, para lo cual han sido de indiscutible ayuda, el desarrollo tecnológico,las colaboraciones nacionales y los intercambios internacionales.
No sería justo dejar de mencionar a quienes han sido vitales en el nivel alcanzado por CMBF, Radio Musical Nacional, como es el caso del compositor Juan Piñera, el guitarrista Luis Manuel Molina, Laura Inclán Narbona, el imprescindible Ángel Vázquez Miyares con los espacios dedicados a la ópera… Mención especial merece la gran violinista Maruja Sánchez, creadora del espacio dedicado a la Música Cubana, que aún se mantiene gracias a Piñera.
Soy una ferviente admiradora de esta emisora para la cual creé escribí y dirigí el espacio infantil que aún existe: “¿Sabes tú?”, por lo que me siento feliz con cada uno de sus logros.
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