Edificio de la calle O’Reilly No. 253, entre Cuba y Aguiar
24 de julio de 2017
|Antigua Casa del “Marqués de Prado Ameno”.
Hoy: Hotel “Marqués de Prado Ameno”.
El hotel Marqués de Prado Ameno responde al proyecto de rehabilitación del edificio ejecutado en 2008 por especialistas de la Oficina del Historiador de la ciudad. Una vez recuperado el edificio con la nueva función renació de sus ruinas, destacándose por su ambientación y confort. Su nombre lo debe a uno de los antiguos propietarios de la otrora mansión colonial, que perteneció a lo más selecto de la sociedad habanera de su época y le imprimió el esplendor que la caracterizó durante lustrosos años.
Se tienen noticias que hacia 1712 aparecía ocupada esta parcela de terreno por dos casas de una sola planta, las mismas que se refundieron en una de igual altura hacia 1725. Se desconoce la fecha exacta en que pasó a manos de don Miguel de Cárdenas y Herrera -“Marqués de Prado Ameno”- personaje muy encumbrado entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, perteneciente a distinguida familia dentro de nuestra sociedad colonial. Cuentan que en su propiedad adquirió el inmueble las dimensiones y apariencia que muestra en la actualidad. Luego de la muerte del marqués, sus hijos heredaron la mansión que permaneció en manos de esta sucesión familiar hasta los primeros años del pasado siglo XX.
Posteriormente cambió de propietarios y desempeñó diferentes funciones, por lo que sufrió sucesivas remodelaciones, como las realizadas en el año 1911 por el señor José María de la Cuesta, quien edificó sobre el piso principal de la casa un departamento compuesto de cuatro habitaciones, llevando a cabo la demolición del techo de tejas que cubría el piso principal.
El Doctor en farmacia Ernesto Sarrá y Hernández compró esta casa en 1916 haciendo también en ella algunas obras de remodelación para transformarla en casa de alquiler.
Se dice que en los bajos del inmueble funcionó una imprenta, que publicaba la Gaceta Oficial. También contó con algunos locales comerciales en planta baja. Devino posteriormente en casa de múltiples familias, alcanzando un alto grado de deterioro en su aspecto original.
La antigua mansión del Marqués de Prado Ameno, es considerada por historiadores y arquitectos un digno ejemplar de la vivienda aristocrática cubana del siglo XIX. En ella destacan las pinturas murales haciendo derroche de variados motivos y coloridos, porque llegaron a encontrarse hasta en la azotea, dispuestas desde el piso hasta el techo. Se habla de la posibilidad de que haya vivido aquí durante algún tiempo el poeta Juan Francisco Manzano, ya que durante años, fue esclavo de los Marqueses de Prado Ameno.
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