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William Styron

13 de junio de 2017

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Casi 75 años contaba el escritor norteamericano William Styron cuando arribó a La Habana el 8 de marzo de 2000. El autor de La larga marcha, vital y con mucho por decir aún, aceptó gustoso el reto de las entrevistas y la prensa.

A Cuba quería visitarla desde la década del 50, pero, dijo, “el viaje costaba dinero que no tenía; luego, cuando tuve lo suficiente no pude venir, por las circunstancias que sabemos. Para mí y otros norteamericanos Cuba se convirtió en una especie de sueño extraño, que ahora estoy cumpliendo”.

Styron escribió en 1953 una novela publicada en Cuba, La larga marcha, ambientada en un campo de entrenamiento militar. También Esta casa en llamas, donde se relata la vida de los soldados norteamericanos en Italia tras la II Guerra Mundial, y La decisión de Sophie, trama llevada al celuloide en una película conmovedora interpretada por Meryl Streep y Kevin Kline, y tiene como eje la amistad entre un joven escritor sureño y una mujer polaca superviviente de un campo de concentración.

Pero fue Las confesiones de Nat Turner, considerada por la crítica su obra maestra, que recibió el Premio Pulitzer en 1968. Se trata en este caso del relato de una revuelta de esclavos negros que tuvo lugar en 1831, sobre la cual Styron comentó al periodista Pedro de la Hoz, de la prensa cubana:

“Con esa novela me propuse mostrar los horrores de la esclavitud. Como usted sabe, tiene como protagonista a un personaje real, un hombre negro que encabezó la más sonadas sublevación de esclavos en la primera mitad del siglo XIX. Una dificultad enorme para mí fue hallar el punto de vista justo para trasmitir las motivaciones de ese personaje. Por eso habla en primera persona y, por supuesto, hay mucho de mí en ese monólogo que funciona como una especie de traducción de la conciencia del protagonista”.

De que William Styron se sintió a gusto en Cuba dan fe sus palabras:

“Tengo la esperanza de que la cultura cubana y la norteamericana se entiendan por encima de las diferencias. Ustedes son muy amables y cultos. Eso me hace sentir muy bien aquí”.

El escritor murió el 1ro de noviembre de 2006, a los 81 años. No publicaba desde 1993, cuando dio a la prensa Una mañana a la orilla del mar: Tres relatos de juventud, de corte autobiográfico.

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