Ellas también son madres
15 de mayo de 2017
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Bello día. Se trata del reconocimiento a quien lo es todo. A esa que nos lleva en su vientre durante nueve meses. La primera en oírnos emitir algún sonido, aunque sea el primer llanto, cuando salimos a la vida, siempre acompañados por ellas.
Así llega este Día de las Madres. Llamadas van y vienen. Visitas con “presentes” lo mismo para la abuela, la madre o la esposa. Se trata, en todos los casos de personas queridas.
El beso, el abrazo, el cake compartido, la copa que se levanta para brindar por ellas, las madres de hoy y de toda la vida.
En el transcurso de estas anécdotas me pongo a pensar en otras, que también son madres y que la vida las ha llevado más que al amor, al sufrimiento.
Son madres también esas que en muchos países del mundo ven morir a sus hijos a causa de alguna enfermedad o por falta de atención médica o algún medicamento que no puede comprar por no tener dinero.
También lo son las que ni dinero tienen para dar sepultura al menor que falleció por desnutrición, hambre.
Y lo más triste que esos casos cuentan por varios millones de niños que fallecen cada año por no tener comida o no acceder a la medicina que les cure.
Son madres de igual forma las que ven embarcarse a sus hijos en frágiles lanchas en medio de un Mar Mediterráneo convertido en sepultura para cientos de miles de empobrecidos africanos o de quienes huyen de las guerras en la región del Oriente Medio.
Muchos, que quizás un día como hoy quieran resolver el problema del Día de las Madres con suculentos obsequios en los que prima el dinero y no el amor, no meditan en que ellas, las del África pobre, son madres también.
Qué pensar de esa madre venezolana que por estos días ha visto morir a su hijo en plena calle, cuando grupos fascistas de nuevo tipo, con capuchas para esconder su alma vil, arremeten contra la población, queman hospitales y centros laborales o disparan contra civiles indefensos.
¿Merecen esas madres que el dolor de perder a su hijo le opaque la felicidad que pudiera tener en este Día?
En esta misma región de América Latina, donde ejemplos hay por miles, vale recordar en un Día de las Madres a las que en Argentina perdieron a sus hijos o a sus nietos cuando una dictadura fascista se apoderó de la nación e impuso la tortura, la muerte y la desaparición de miles de sus hijos.
Los que hoy en ese país o en otro, aceptamos vivir en la modernidad y se nos inculca perder la fe en la historia, no podemos olvidar, ni por un instante, que las madres y abuelas argentinas, también se merecen uno y todos los días, no para llorar sino para estar junto a sus hijos.
Madres son las que parieron a esas más de 80 niñas nigerianas secuestradas durante tres años por grupos extremistas, violadas y esclavizadas, en medio de un clima de terror y muerte del que se ha apoderado una gran parte de este mundo, cada días más incontrolable, cada día más ingobernable y cada día más desigual.
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