Mitos sobre el agua
13 de marzo de 2017
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“Beber por lo menos ocho vasos de agua por día”, es una recomendación conocida que algunos cumplen con todo rigor. Pero, es bueno saber que el temor a deshidratarse, por el simple hecho de tener sed, es una falsa creencia.
Un craso error es pensar que el agua solo nos llega cuando la bebemos directamente, ignorando que los alimentos contienen gran por ciento de ella. Por ejemplo, frutas y verduras tienen entre un 80 a 95%; está presente en la carne, incluso, en el pan, que a pesar de tan seco, tiene un 35% de agua. Y a estos se suman los jugos de frutas, la leche (de vaca, chiva), y otras bebidas.
El desconocimiento impulsa a consumir agua innecesaria. Y hay enfermedades para las que no es recomendable tomarla en exceso. La llamada “intoxicación con agua” diluye el sodio en la sangre, hasta que el organismo deja de funcionar bien.
Nadie discute la importancia de beber la suficiente. Incluso, uno de los problemas de la vejez es la disminución de la sensación de sed, lo cual puede redundar en deshidratación excesiva. No obstante, hay padecimientos, como los cálculos renales, que sí requieren su mayor consumo, e igual ocurre con quienes practican ejercicios físicos.
En resumen, el agua conviene al organismo, pero sin excesos, y mucho menos impulsados por mitos sin una consecuente valoración científica.
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