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Odio en las entrañas

11 de marzo de 2017

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Desaparecido el campo socialista europeo y desintegrada la Unión Soviética, pudiera parecer que el odio a Rusia, la principal nación que integraba la URSS, pasaría al olvido o por lo menos no tendría la preponderancia que hoy tiene, con un campo capitalista que se declaró vencedor de la Guerra Fría y cuya cabeza principal, Estados Unidos, sigue siendo lo dominante en materia militar y económico.

Pero no, el odio a Rusia es algo que se mantiene y se multiplica, como en épocas ancestrales, porque ello viene de hace siglos.

Pienso que este odio ha sido exacerbado por los medos de comunicación controlados mayoritariamente por el imperialismo, cuando tratan de presentar a Rusia como un ente extraño que no tiene nada que ver con Siria.

Así, tratan de tapar el Sol con un dedo, cuando se trata de ocultar que laayuda solidaria prestada a Damasco, además de cuidar los intereses propios, ha impedido la ocupación del país por los terroristas del Estado Islámico o Daesh, permitido y ayudado por EE.UU. en su momento, con la aspiración de que las acciones vandálicas de esos elementos alienten a quienes en el interior de la todavía potencia eslava la tratan de escindir, y han causado muchas más víctimas que los criminales ataques a las Torres Gemelas neoyorquinas y al Pentágono el 11 de septiembre del 2001.

Estudiosos occidentales achacan ese odio a la actual situación económica, ubicando que en este sector está la verdadera razón.

Así, señalan que Rusia ha comprado un millón de onzas de oro para compensar la caída del euro, previendo que el metal dorado tiene un mejor futuro, en tanto sigue un modelo que no es neoliberal ni de capitalismo salvaje, sino que vive con sus propios medios, hace negocios, importa y exporta, mientras otros siguen un modelo distinto y emprenden el camino de la deuda.

Al respecto, Max Keiser, quien no puede ser acusado de prorruso, afirma que “la verdadera razón por la que existe ese odio a Rusia en el ámbito geopolítico, reside en el hecho de que Rusia no ha hecho crecer su deuda, sino todo lo contrario”, y destaca: “ países como EE.UU. y el Reino Unido han expandido su deuda exponencialmente, mientras que Rusia la ha disminuido”.

Hablando sobre el modelo económico estadounidense, Max menciona que “parece propio de un país del Tercer Mundo. Exporta las materias primas, y en cambio, la manufacturación, que es la que añade valor a las cosas, tiene lugar en otros países, como China”.

Así se vuelve al ejemplo de como el Banco de Rusia compra oro, porque este desempeñará un papel fundamental en la crisis de la deuda que se avecina, lo cual corrobora otro especialista, Stacy Herbert, quien apunta que en vez de odiar a r Rusia se debe seguir su ejemplo de compra de oro, porque “en los últimos 250 o 275 años, la vida media de cualquier divisa fiat como el euro ha sido de 27 años. Todas las divisas basadas en el papel moneda han acabado perdiendo todo su valor, todas sin excepción”.

Otro de los motivos de los sentimientos contra el mayor país del mundo es que, a pesar del enorme potencial nuclear de Estados Unidos y Occidente, ejemplos actuales hacen ver como invencible al Complejo Industrial Militar (CIM) y el Ejército de Rusia.

Fuentes nada favorables a Moscú han reconocido en la publicación moscovita Sputnik que la estrategia adecuada de desarrollo del CIM permite al Ejército ruso alcanzar un nivel que le posibilitará enfrentar a cualquier agresor potencial, dándole la razónal exjefe de la Dirección Principal de Cooperación Militar Internacional del Ministerio de Defensa de Rusia, coronel general Leonid Ivashov, quien subrayó hace unas horas en la capital rusa:

“En la actualidad, aseveró el ahora presidentede la Academia de Asuntos Geopol´ticos, el CIM y el Ejército funcionan a su máxima potencia y garantizan toda una línea de armamentos de avanzada en diversas esferas: la aérea, la espacial y, claro está, las fuerzas terrestres, que también recibieron los más modernos sistemas de armas”,

Ello corrobora también pronunciamientos del presidente Valeri Putin en el sentido de que “las armas modernizadas de Rusia son una póliza de seguro contra los planes agresivos de nuestros vecino”, considera que “fue elegida correctamente la estrategia de defensa del país”, y asegura convencido de que “Rusia es capaz de repeler cualquier agresión”.

Todo lo anterior demuestra que la impotencia de derrotarla con medios deshonestos exacerba el odio hacia Rusia, cuyas páginas al respecto son más cuantiosas y requerirá indudablemente futura atención.

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