Edificio de la calle Aguiar No. 367 esquina Obrapía

4 de marzo de 2017

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Yolanda Ramiro Sánchez

Antes: “The Royal Bank of Canada”.
Después: Edificio de Oficinas.
Hoy: Sede del Tribunal Supremo Popular.

 

 

El Tribunal Supremo Popular en La Habana comenzó a disfrutar de una nueva sede, ubicado ahora en la calle Aguiar No. 367 esquina Obrapía, en el centro histórico la Habana Vieja. Las condiciones del edificio rehabilitado recientemente, permitirán a los profesionales de la justicia que allí laboran brindar un servicio de mayor calidad en confortable ambiente. En días pasados la nueva instalación comenzó a dar atención a la población, llevando a efecto los trámites legales. Cabe señalar que esta institución es la encargada de ejercer la máxima autoridad judicial en la República de Cuba. Si bien su creación como órgano de justicia data de finales del siglo XIX, su estructura y composición se fue transformando y perfeccionando en distintas etapas del pasado siglo XX.

 

 

El edificio de la calle Aguiar 367 se construyó entre los años 1917-1919 para  “The Royal Bank of Canada”. La institución financiera estaba reconocida como uno de los más grandes del mundo y una de las sucursales extranjeras más antiguas radicadas en nuestro país desde finales del siglo XIX. Esta fue la entidad bancaria depositaria de los fondos que destinó el gobierno para licenciar al Ejército Libertador de la isla una vez terminada la contienda independentista. Se dice que contó aproximadamente con 940 sucursales.

 

 

En el proyecto participaron el arquitecto Luis García Natte, como Director Facultativo de las obras y la firma “Purdy & Henderson” como contratista. Durante el proceso constructivo se le añadió un séptimo piso, que se destinó a restaurante y club. El edificio que rinde honores a su tipología se construyó con piedra de Jaimanitas y cemento, materiales que lo dotaron de magnífica solidez y sobriedad. El patio central se abría desde el segundo nivel, cerrando la planta baja con un hermoso lucernario que protegía a las dependencias creadas de las inclemencias climáticas. En su interior se utilizó mármol y mosaicos para los pavimentos; cedro en la carpintería; hierro forjado en las ventanas y barandas de las escaleras. La entrada del edificio se ve jerarquizada al estar la fachada algo retirada de la acera.

 

 

En su época de esplendor fue una de las instituciones bancarias que más se destacó por su poder económico y la prestancia arquitectónica del inmueble. Durante la segunda mitad del siglo XX continuó desempeñando como oficinas. En la actualidad acoge la nueva función después de rehabilitado, garantizando con ello su vida útil para el futuro, luego de un siglo de existencia en la parcela esquinera formada por las citadas calles de Aguiar y Obrapía.