José Martí y los sucesos del teatro Villanueva
3 de febrero de 2017
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El 22 de enero de 1869 La Habana se estremeció ante los sucesos ocurridos en el teatro Villanueva que motivaron una feroz represión de los integrantes del denominado Cuerpo de Voluntarios, fuerza militar auxiliar del régimen colonial español imperante en Cuba.
El teatro Villanueva constituía una de las instalaciones significativas desde el punto de vista cultural existente en la capital cubana. Dicho teatro contaba con una capacidad para mil trescientos espectadores y se hallaba ubicado en el área comprendida entre las calles Zulueta, Colón, Morro y Refugio.
Lo construyó en 1846 don Miguel Nin y Pons. Fue inaugurado el 12 de febrero de 1847.
Era un teatro sencillo, con una sala interior distribuida en dos órdenes de palcos abalconados, anfiteatro y filas de lunetas. Inicialmente se denominó Circo habanero.
En la fecha citada se presentó una compañía de Bufos, la que ofreció una actuación a la que asistieron simpatizantes de la causa libertadora de Cuba. Incluso, aunque obviamente esto no se decía en forma pública, los fondos de la función se tenía previsto destinarlos a apoyar la lucha independentista.
Al terminar la obra el fervor patriótico de muchos de los presentes en el teatro se hizo sentir puesto que se escucharon en el recinto gritos de Viva Céspedes y Viva Cuba Libre, en clara alusión a su adhesión a la lucha por la independencia que ya desde el mes de octubre de 1868 se había iniciado en la zona oriental del territorio cubano.
Los miembros del Cuerpo de Voluntarios, una fuerza militar auxiliar al servicio del régimen colonial español, reaccionaron de inmediato con mucha ira.
Comenzó entonces una balacera mientras los disturbios se fueron generalizando por toda la ciudad.
Como consecuencia de la gran represión desatada hubo varios muertos y heridos.
También las autoridades españolas en los días sucesivos llevaron a cabo numerosos registros y detenciones.
Entre las personas arrestadas estuvo Rafael María de Mendive, un destacado profesor y patriota, maestro del joven José Martí.
Cuando se produjeron los sucesos en el teatro Villanueva, Martí se hallaba, precisamente, en la casa de Mendive, en la calle Prado.
No obstante la tensa situación reinante, su madre, Leonor Pérez, muy preocupada por lo que pudiera pasarle a su hijo si retornaba solo al hogar, desafió el peligro que entrañaba salir a la calle y fue a recogerlo a la casa de su maestro.
Algo más de veinte años después de lo acaecido el 22 de enero de 1869 en La Habana, José Martí haría referencia a este hecho y a la heroica actitud de su madre, cuando en el vigésimo séptimo de sus Versos Sencillos puntualizó:
El enemigo brutal
Nos pone fuego a la casa
El sable la calle arrasa
A la luna tropical
Pocos salieron ilesos
Del sable del español;
La calle, al salir el sol,
Era un reguero de sesos.
También en este poema evocó la entereza de su querida madre cuando fue a recogerlo en la vivienda de Rafael María de Mendive:
Pasa, entre balas, un coche:
Entran, llorando, a una muerta:
Llama una mano a la puerta
En lo negro de la noche.
No hay bala que no taladre
El portón: y la mujer
Que llama, me ha dado el ser:
Me viene a buscar mi madre
Igualmente destacó la admiración que causó Leonor con su firme actitud:
A la boca de la muerte,
Los valientes habaneros
Se quitaron los sombreros
Ante la matrona fuerte.
Y después que nos besamos
Como dos locos, me dijo
“¡Vamos pronto, vamos hijo:
La niña está sola: vamos!
Tanto en los Versos Sencillos, grupo de 46 poemas que elaboró en 1890 y que fueron publicados en forma de libro al año siguiente en la ciudad norteamericana de Nueva York, así como en otras obras poéticas José Martí hizo referencia a otras vivencias suyas.
Desde la etapa de su juventud él supo utilizar la poesía para exponer consideraciones y a su vez hacer alusión a familiares y amistades, a varias de las cuales dedicó de manera específica uno o varios de sus poemas.
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