Edificio de la calle Teniente Rey No.8, entre Oficios y Mercaderes

17 de febrero de 2017

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Zenaida Iglesias Sánchez

Antes vivienda y comercio.
Hoy: Hotel “Los Frailes”.

 

 

A pocos pasos del magnífico convento de San Francisco de Asís por uno de sus lados y de la plaza Vieja por otro, se inauguró hace varias décadas el hotel “Los Frailes”; hospedaje de apacible recogimiento y místico encanto que disfruta de una ubicación privilegiada. El proyecto estuvo a cargo de los especialistas de la Oficina del Historiador, quienes recuperaron el deteriorado inmueble para el desempeño de la nueva función. Su ambientación exclusiva y el frescor que brinda el patio interior, han hecho de este edificio un lugar peculiar dentro del centro histórico habanero.

 

 

En el siglo XIX, esta parcela de la calle Teniente Rey se encontraba ocupada por un edificio colonial de altos y bajos, destacándose entre sus propietarios, el capitán de navíos de la Armada Francesa, don Pedro Duquesne, quien llegó a la ciudad en 1763. Una vez admitido en la Marina española, fue destinado al Apostadero Naval de La Habana, donde contribuyó en las obras del Real Arsenal, hasta que llegó a ser su director. Cuentan que durante el tiempo que lo habitó frecuentaban el edificio lo más selecto de la sociedad habanera, autoridades militares, dignidades eclesiásticas, personalidades de la cultura y viajeros de renombre llegados a la capital de la isla.

 

 

Pero el tiempo transcurrió y dejó su impronta en la vieja mansión colonial que desapareció a comienzos del siglo XX. El edificio que hoy llega a nosotros, fue construido en el año 1915, cuando su dueño, el Sr. Augusto Lezama y Larrea, solicitó licencia a la Alcaldía Municipal de la ciudad para levantarlo de tres plantas de altura, con sólidos y novedosos materiales constructivos. Las obras ejecutadas tuvieron la dirección facultativa del arquitecto Miguel Pascual.

 

 

La nueva casa compartía en su interior una doble función, al disponer la utilidad de su planta baja como almacén, entre tanto las dos plantas altas se destinaron a vivienda. En su interior no faltó la presencia del patio para la ventilación, acudiendo a la tradición.

 

 

En la segunda mitad del siglo XX el inmueble quedó convertido en casa de vecindad, sufriendo una serie de transformaciones que degradaron su imagen original, alcanzando posteriormente un alto grado de deterioro, de este modo llegó a nuestros días, cuando fue rescatado del olvido para alcanzar la apariencia que muestra en el presente.

 

 

El hotel “Los Frailes”, diseñado acorde a la temática religiosa, abre sus puertas al visitante y sus empleados los reciben vestidos de frailes, esto resalta su encanto y excelente confort, unido a las características coloniales del ambiente en sus inmediaciones.