El cambio climático y las poblaciones de tortuga verde
25 de noviembre de 2016
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Tomando en cuenta que la temperatura de incubación de los huevos de tortuga determina el sexo de las crías, se considera, por tanto, que una mayor calidez de las aguas conduce al nacimiento de más hembras; por lo que se ha sugerido que un aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático puede amenazar con desestabilizar las poblaciones de la tortuga verde, Chelonia mydas, provocando el nacimiento de un número desproporcionado de hembras.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, ha mostrado cómo los hábitos de apareamiento de esta especie podrían protegerla frente a este nuevo peligro.
Tengamos en cuenta lo siguiente: Esta especie es capaz de desplazarse miles de kilómetros para aparearse.
Las tortugas verdes migran grandes distancias entre los lugares de alimentación seleccionados y las playas donde nacieron. Algunas nadan distancias de hasta 2.600km para llegar a sus lugares de desove. Las tortugas maduras regresarán usualmente a la misma playa donde nacieron. Las tortugas hembras usualmente se aparean cada dos a cuatro años. Los machos, por el contrario, hacen viajes a las zonas de apareamiento cada año.
En el estudio, los científicos analizaron la estructura de una población de tortuga verde que anida en el norte de Chipre, en ella el 95% de las crías que nacieron fueron del sexo femenino, esto preocupó a los científicos porque, al haber pocos machos, se puede producir una situación de endogamia que conlleve problemas de salud en los animales.
Los investigadores supusieron que unos pocos machos se habrían apareado con todas las hembras de la población.
Sin embargo, al realizar los test de paternidad a las crías de tortuga, observaron que la proporción de padres era muy superior a la esperada: en concreto 28 machos se habían apareado con 20 hembras. Es decir, la descendencia de cada hembra provenía de uno o más padres, por lo que el peligro de endogamia desaparecía.
A través de seguimiento por satélite, los científicos descubrieron que durante la época de reproducción los machos de tortuga se desplazan miles de kilómetros a través del océano de manera que pueden aparearse con hembras de diferentes poblaciones. Por lo tanto, los machos estudiados podrían haberse apareado con tortugas de otros lugares de Turquía e incluso del norte de África.
Para los investigadores, este hallazgo fue una buena noticia ya que el patrón de apareamiento observado podría proteger a las tortugas de los efectos adversos del calentamiento de las aguas.
Chelonia mydas, ha sido reconocida como especie en “peligro de extinción” por la UICN y la CITES, de manera que su explotación está regulada en casi todos los países del mundo. Adicionalmente, algunos países han implementado varias leyes para proteger a las tortugas y sus sitios de anidación dentro de su jurisdicción. Sin embargo, la población de tortugas aún está en peligro de extinción debido a algunas prácticas humanas, pues en algunos países, las tortugas son cazadas por su carne, y sus huevos son recolectados de los nidos para ser comidos.
La contaminación también daña indirectamente a las poblaciones de tortugas. Muchas tortugas quedan atrapadas en las redes de pesca y mueren ahogadas. Finalmente, las tortugas pierden su hábitat debido a la expansión de los sitios de habitación humana. Esto último ha sido una de las causas más importante que ha conducido a la pérdida de los lugares de anidación de la tortuga verde.
De acuerdo con el Apéndice I de CITES, es ilegal importar, exportar, matar, capturar o perturbar a las tortugas verdes.
Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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