Para redescubrir una maravilla invisible
26 de febrero de 2013
| |Realizado el 23 de abril de 2012 /
Darle vida a una de las entradas más fabulosas del Centro Histórico: la Avenida del Puerto, constituye uno de los propósitos más abarcadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC). En 2009 se inició este proyecto de intervención que comprende el tramo del Muelle de Caballería hasta los Almacenes San José.
El año pasado, el proyecto de “Reanimación de la Avenida del Puerto” mereció el Premio Gubbio, el cual, según se destaca en su convocatoria, es un “reconocimiento internacional a la puesta en marcha de acciones concretas en cuanto a la protección, el mantenimiento, la revitalización patrimonial y a la recalificación de ámbitos urbanos y territoriales”. Además, el galardón constituye un estímulo para los jóvenes arquitectos de la Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo de la OHC.
El mayor inconveniente en el tramo que va desde el Muelle de Caballería hasta los Almacenes San José, es el caos vial – manifiesta el arquitecto Orlando Inclán, quien se halla al frente del proyecto-. “Existen dificultades para el aparcamiento, hay diferencias en las secciones de vías, inaccesibilidad para los peatones, problemas de contaminación ambiental, ausencia de servicios y de espacios públicos, así como una discontinuidad importante de la franja marítima que viene por la Avenida del Malecón y concluye en la Avenida del Puerto”.
Es por ello que el objetivo fundamental de este proyecto radica en otorgarle un nuevo frente del Centro Histórico. Se pretende –refiere Inclán- darle una nueva vida a esta zona, donde se incluyan sitios para actividades culturales, comerciales y gastronómicas, “aquí el espacio público es fundamental y la continuidad del paseo marítimo contribuirá a aumentar esa relación entre la ciudad y el mar”.
Varias obras se proyectan en este tramo de la Avenida del Puerto. Entre ellas podemos destacar el almacén de la madera y el tabaco, el paseo marítimo de Paula, el emboque y la plaza de Luz, la intervención en el edificio de la Aduana, la culminación de la parte superior de los Almacenes San José; y la que finalizará en los próximos días para revelarnos una de las maravillas de la ingeniería civil cubana: la cámara de rejas del alcantarillado de La Habana.
Reflejos desde la Bahía de La Habana
Según la historiadora Yamira Rodríguez, esta es “la más oculta de las obras ingenieras y tal vez la más desconocida de las siete maravillas”. Su construcción se inició el 1ro de mayo de 1911 y concluyó el 19 de abril de 1912, tiempo en el que –relata Rodríguez- se trabajó tres turnos de ocho horas todos los días.
La proyección de la obra tuvo sus orígenes en la primera intervención norteamericana con la campaña de modernidad, limpieza e higienización, que entre muchos fines perseguía desmoralizar al anterior gobierno español. “Así, la administración provisional le encargó proyectar al reconocido ingeniero Samuel Gray un sistema de cloacas que mejorara este servicio en la capital que, según sus cálculos, poseía entonces 600 mil habitantes”, explica la historiadora. Lo primero –apunta- fue definir que las aguas no se llevarían a la bahía por su condición de bolsa, sino al océano Atlántico, y por otro lado, proyectar sistemas separados de cloacas y drenes para evitar que se desviara su curso hacia el puerto.
Esa ha sido la misión por casi una centuria de la cámara de rejas: filtrar las aguas albañales de siete de los municipios de la capital. Sin embargo, muy pocos conocen su ubicación y su importancia, es por ello que en este significativo onomástico no podía quedar en el olvido. Esa ha sido una máxima de la Oficina del Historiador: reencontrar la historia, la memoria y recuperar el máximo primor de la ciudad “en la dignidad de sus años, con la belleza del tiempo y con el encanto del orgullo de sí misma”, como ha expresado el impulsor de estos sueños, Eusebio Leal Spengler.
El enmascaramiento de la cámara de rejas del alcantarillado de La Habana nos convoca a venerar lo antiguo, pero con un original concepto. La arquitecta Arianna Martínez, explicita que la mayoría de los proyectos que se realizan en la Oficina son de un corte histórico, preservando el patrimonio, “pero el cubo ha sido una experiencia novedosa y una gran oportunidad, ya que hemos realizado un proyecto contemporáneo, insertado en un entorno patrimonial, en un lugar tan significativo como lo es la Avenida del Puerto. Esta es una obra sin precedentes en Cuba, desde el punto de vista estético formal, pero – señala Martínez- se ha velado siempre por el respeto al entorno”.
Visualmente, nos da la sensación que son dos cajas, una transparente y otra opaca insertadas la una en la otra y de las dos mitades se conforma este cubo. La parte inferior, la base, es una la caja sólida, básicamente de columnas de hierro que tiene otra estructura forrada con paneles, cuyo propósito es la protección de la obra. Mientras que en el segmento superior encontramos la pieza de vidrio transparente, la cual posibilitará que todas las personas que suban la escalera enclavada en una de las caras del cubo, conozcan y aprecien el funcionamiento de la cámara de rejas.
La ejecución de la obra comenzó en mayo de 2011 y desde sus inicios varios son los retos que ha afrontado el equipo, integrado por la Empresa Productora de Aceros Inoxidables (ACINOX), como constructora principal de la cimentación y montaje de la estructura de acero, y con la ayuda de Aguas de La Habana y la Oficina del Historiador.
Pilar Vega, jefa del grupo de inversionistas de la OHC, explica que lo más difícil de la obra fue la cimentación, debido a la cercanía con el mar. “En ocasiones coincidió el momento de fundir los cimientos con tiempos en los que no funcionaron las bombas de Casa Blanca para la extracción de estos residuales, por tanto subieron los niveles de las aguas albañales”.
Además, como advierte uno de los inversionistas residentes, Mario Aguilar, se encontraron intactas las tablaestacas de la construcción de 1912, y “ello también ha complicado la cimentación porque hemos tenido que cortar las tablaestacas, lo cual ha hecho más engorroso el trabajo”.
En algunas ocasiones –indica Vega- ha habido que interrumpir las labores de montaje de la estructura “y darle prioridad a los compañeros de Aguas de La Habana para que realicen sus labores de mantenimiento y de limpieza del sifón”.
Pero, a pesar de estos contratiempos, asegura Aixa Hernández, administradora de la obra por la empresa ACINOX, “hemos podido resolver casi todas las fases constructivas más o menos en el tiempo que lo habíamos previsto. Se ha hecho un gran equipo, y al unísono hemos tenido tres brigadas trabajando: una de civil, otra de montaje y la de los eléctricos”.
Sin dudas, esta obra ha sido todo un reto para arquitectos, ingenieros y constructores. Sin embargo, el proyecto es mucho más abarcador, ya que también se realiza un paseo, el cual está siendo ejecutado por la empresa Puerto Carena de la OHC.
“Al ser esta una zona vehicularmente muy complicada ideamos este paseo para que las personas se acercaran al cubo de otra manera, para que lo aprecien y tengan un contacto más cercano con él y con la historia de la ciudad. Para ello se crea este separador vial, el cual tendrá vegetación y gráfica informativa del proceso y de la importancia de dicha obra”, comenta la arquitecta Claudia Castillo, integrante del equipo de proyecto.
Asimismo, el cubo posee otro encanto, pues reanimará el ambiente nocturno de esta parte de la ciudad, ya que funcionará como una caja de luz en las últimas horas del día.
Así que dentro de muy poco las noches capitalinas no solo tendrán al faro de El Morro como guía para los viajeros. Esta centenaria maravilla, durante mucho tiempo invisible, iluminará la entrada de la Avenida del Puerto y nos convidará a descubrir los reflejos del Centro Histórico desde la Bahía de La Habana.
Personas y entidades que han trabajado en el enmascaramiento de la cámara de rejas del alcantarillado de La Habana
Equipo de Proyecto
Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo. OHC
Arq. Orlando Inclán
Arq. Arianna Martínez
Arq. Claudia Castillo
Ing. Marisol Marrero
Ing. José Martínez
Ing. Jorge Andino
Diseñadora Industrial: Janet Shiling
Fotógrafo: Armando Zambrana
Equipo de Inversiones
Grupo de Inversiones Fenix. Inversiones OHC.
Ing. Pilar Vega Rico
Ing. Yohandra Rodríguez
Ing. Mario Aguilar
Constructora ACINOX
Ing. Aixa Hernández
Agua de La Habana
Ing. Josep Oller
Ing. Carlos Prestamo
Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)
Empresa Productora de Aceros Inoxidables (ACINOX)
Empresa Constructora Puerto Carenas. OHC
Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC)
Cooperación Internacional. OHC
Grupo de Importación.OHC
Dirección de Inversiones. OHC
Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo. OHC
Empresa Constructora Puerto Carena OHC
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