“Musas majas y majas des-nussa”

14 de octubre de 2016

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Virgen Gutiérrez

 

 

Con este singular título, “Musas majas y majas des-nussa”, se inauguró la tarde de este jueves 13 de octubre de 2016, en la Galería Oficios de La Habana Vieja, una exposición de pintura de cuatro mujeres que han dedicado su vida al arte de los colores y los pinceles, escoltando una pequeña muestra de las Majas salidas de la imaginación del pintor Leonel López-Nussa, conocido en el mundo de las letras como Ele Nussa, u otros seudónimos. En realidad la exposición es el homenaje ideado por sus hijos para recordar el primer centenario de ese formidable padre y artista que fuera Leonel López-Nussa.

 

En las palabras de apertura, su hija Krysia contó que para recordarlo había organizado ya varias exposiciones, una de ellas en junio de este mismo año, en la Biblioteca Nacional José Martí, donde se exhibieron las pinturas de su padre, y que fuera titulada “Las pinturas respetuosas”, parodiando la famosa novela de Jean Paul Sartre; pues para muchos la pintura era la meretriz, la ramera de las artes. El curador de esa exposición fue el amigo Nelson Herrera Isla.

 

 

En cuanto a la que se inaugura este 13 de octubre, expresó Krysia que nace “a partir de un artículo escrito por mi padre y publicado en la Revista Bohemia, el 25 de abril de 1975, titulado ‘Cuatro pintoras surgidas con la Revolución’. Estas artistas son: Flora Fong, Isavel Gimeno, Nélida López y Zaida del Río, las cuales, aunque ya se habían dado a conocer, estaban aún en sus comienzos y él las publicita, creo que con una gran visión de futuro pues, como sabemos, son pintoras que han tenido un magnífico desarrollo en sus respectivas carreras, siguen trabajando, son amigas, y a mí se me ocurrió la idea de reunirlas en una misma exposición donde se exhibiera parte de su trabajo. Naturalmente, imposible mostrarlo todo, pero sí, una muestra del quehacer de estas cuatro mujeres cuya obra viene a demostrar que tuvo él una visión de futuro cuando escribió aquel trabajo hace ya más de cuarenta años”.

 

 

Leonel López-Nussa (La Habana, mayo de 1916-abril de 2004) se desempeñó en el mundo del arte y la escritura como periodista, crítico teatral y de cine, dibujante, grabador y pintor. Desde muy joven viajó por varios países. Primero estuvo en Puerto Rico, México, Estados Unidos. También en España, Italia y Francia. En 1966 su novela Recuerdos del 36 fue mención en el Concurso UNEAC. Ya en México había publicado dos novelas de corte policial: El ojo de vidrio (1955) y El asesino de la rosa (1957). Fue colaborador de varias publicaciones, además de Bohemia, Hoy, Lunes de Revolución, La Gaceta, etc. Sus trabajos aparecieron bajo diversas firmas: Alejo Beltrán, Alex Corbán, Antonio Carpio y Red Blay o Ele Nussa. La mayoría, ensayos sobre artes plásticas y críticas sobre cine y teatro. Justamente para ese género integró el jurado del Premio Casa en 1961. En las paredes de la Galería Oficios se presenta una breve muestra de las musas de este artista, de las cuales mostramos algunas en esta reseña.

 

 

 

En cuanto a las cuatro musas, lo primero que llama la atención es que no son habaneras, como para desmentir el mito que a veces corroe a los que no averiguan, y afirman que la capital es la madre de todas las artes. Es posible, pero los que hacen ese arte no son TODOS habaneros. Aquí hay dos holguineras, Nélida e Isavel; una camagüeyana, Flora Fong, y una de villaclareña, Zaida del Río. Las cuatro pertenecen a la misma generación, nacen con pocos años de diferencia. Flora e Isavel en 1949; Nélida un año más tarde y Zaida en 1954. Aunque las obras de cada una tiene peculiaridades propias, todas tienen en común el uso libre del color, la imaginación, la mirada a la naturaleza, dígase flora y fauna. Rasgos incorporados al quehacer individual, gracias a haberse formado en las mismas escuelas: La Escuela Nacional de Arte (ENA) y el Instituto Superior de Arte (ISA), donde compartieron los mismos maestros, entre ellos Nelson Domínguez, en cuya galería se hizo esta exposición que permanecerá abierta durante un mes a partir de mañana, en los horarios habituales de la Galería Oficios.

 

 

 

Sobre ellas escribió el pintor y crítico Manuel López Oliva en el Catálogo de la exposición: “Flora fue de la estampa vernácula a sintéticas visiones, provistas de caligrafía figural y fuerte naturaleza insular. Las líneas enroscadas y en urdimbres con que Isavel saca a la luz sus fantasías derivadas del entorno y las cosas de la cotidianeidad. El camino de Nélida fue de lo cándido al fotonaturalismo, para arribar a una pintura de marcadas floraciones femeninas; y ese andar de Zaida por simbolismos de una memoria existencial, cada vez más liberada en pincelada y color, en cifrado subjetivo y exteriorización hedonista”.

 

 

 

Una manera muy emotiva para cerrar este homenaje a López -Nussa y sus cuatro musas, fue el concierto en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís de otro de sus hijos, Ernán el pianista, quien junto al trompetista español Maikel González nos completó maravillosamente la velada con la brillante interpretación de obras propias como su “Regreso a Cuba”, con que inició el concierto; así como de músicos universales que incluye siempre en su repertorio, de una manera muy personal.