Nuevas esperanzas contra el envejecimiento
30 de septiembre de 2016
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Abejas y ratones. Las primeras parece que disponen de cierta sustancia que favorece la recuperación de la juventud. Los ratones respondieron a un medicamento con más memoria, menos ansiedad y menos depresión.
Las abejas siempre han sido observadas, estudiadas y admiradas por su elaboradísima viva social y su trabajo. Son tan laboriosas que para producir un kilo de miel, deben visitar alrededor de ¡10 millones de flores! Las obreras pueden llegar a volar 800 km en toda su vida en busca de flores y solo producir media cucharada de miel. Pero, lo que más significativo resulta es su trabajo como polinizadoras. El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización que ellas realizan. Es la agricultura la primera y auténtica beneficiaria de los servicios prestados por las abejas. La contribución de estos insectos, en términos económicos, es realmente significativa, hasta tal punto que la renta directa de la apicultura: miel, cera, polen y otros productos, pasa a un segundo término.
Ahora, una nueva arista en la vida de estos maravillosos insectos surge para ayudar, en un futuro, a los humanos a vivir más y mejor.
El estudio defiende que las abejas mayores (más viejas) pueden recuperar la actividad cerebral de la juventud, y se centró en las diferentes capacidades de los miembros más jóvenes y más viejos de una colmena y destaca que las nuevas actividades rejuvenecen a las abejas.
Los resultados obtenidos por un equipo de la Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos, apareció en la revista Experimental Gerontology. ¿Qué hicieron los científicos? Retiraron de la colmena a las abejas obreras más jóvenes, llamadasnodrizas. ¿Qué pasó entonces? Pues que las abejas más viejas, que muestran déficits de aprendizaje relacionados con la edad hacia el final de sus seis semanas de esperanza de vida, se responsabilizaron entonces con las tareas que habían realizado cuando eran jóvenes, como es la secreción de la jalea real para las larvas. Nada, que se comportaron igual de bien que las nodrizas. La mayoría de las abejas volvieron a ser muy competentes.Al analizar las abejas que recuperaron sus capacidades y las que no, los expertos descubrieron niveles altos de glutamato en las abejas exitosas.
El estudio concluyó que el glutamato puede reconstruir las células cerebrales y que las abejas más viejas viven más tiempo tras retomar sus tareas, lo que es una buena noticia para estos insectos, y quizá también para las personas.
Uno de los científicos participante en el estudio apuntó: “Con el ser humano no se puede dar marcha atrás en el reloj. Pero este estudio nos demuestra que el contacto social y las nuevas actividades reactivan las conexiones del cerebro y retrasan los efectos del envejecimiento”.
Otra de las ventajas que podría tener esta investigación es que los científicos esperan poder diseñar medicamentos para luchar contra la disminución de la actividad cerebral relacionada con la edad, esto podría tardar unos 30 años. Mientras tanto, aconsejan asumir nuevos retos para permanecer jóvenes.
NOTA: En los seres humanos, los niveles moderados de glutamato pueden ayudar a la memoria y el aprendizaje, aunque en exceso pueden dañar las funciones cognitivas.El glutamato es la forma ionizada del ácido glutámico, uno de los 20 aminoácidos que forman parte de las proteínas. El ácido glutámico es crítico para la función celular y no es nutriente esencial porque en el hombre se puede sintetizar a partir de otros compuestos. Es el neurotransmisor excitatorio por excelencia de la corteza cerebral humana.Todas las neuronas contienen glutamato, pero sólo unas pocas lo usan como neurotransmisor. Es potencialmente excitotóxico, por lo que existe una compleja maquinaria para que los niveles de esta sustancia estén siempre regulados.Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Míchigan encontró que una inflamación en el cerebro puede producir altos niveles de glutamato lo cual, a su vez, puede provocar pensamientos suicidas en la persona afectada.
En cuanto al estudio sobre ratones, investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas han descubierto que el fármaco llamado Rapamicina, reduce la pérdida de memoria en ratones mayores, actúa como un antidepresivo y les alarga la esperanza de vida. La Rapamicina, también conocido como Sirolimus, es un medicamento inmunosupresor usado para evitar el rechazo de órganos trasplantados; se usa especialmente en el trasplante de riñón. El sirolimus es un macrólido (antibiótico) que fue descubierto en 1965 por un grupo de investigadores canadienses como un producto de la bacteria Streptomyces hygroscopicus en una muestra de suelo de la isla de Pascua, también conocida como “Rapa Nuí”.
Aunque la Rapamicina ha sido utilizada durante años para facilitar los trasplantes de órgano, los investigadores han empezado, recientemente, a probar sus propiedades antienvejecimiento. Observaron que los ratones que recibieron el tratamiento mejoraron la memoria y redujeron la ansiedad y la depresión.
Al principio, la idea era administrar Rapamicina a dos grupos de ratones, uno de ellos afectado por la enfermedad de Alzheimer. Pero, enseguida descubrieron que en todos los ratones, incluso en los sanos, mejoraban el ánimo.El equipo de científicos explicó que la Rapamicina inhibe una proteína que decide si una célula se desarrolla o entra en “modo mantenimiento”, lo que está relacionado con la esperanza de vida.
Esto sugiere la posibilidad de un tratamiento anti envejecimiento efectivo para humanos en edad ya avanzada, sin requerir un tratamiento a largo plazo desde la juventud.
Curiosidad: ¿Sabías que a partir de los 60 años de edad perdemos alrededor de un millón de papilas gustativas originando que solo el umami sea percibido?
Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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