Julio García Espinosa: una obra para el cine cubano y para la historia de Cuba
15 de septiembre de 2016
| |Fotos: Alexis Rodríguez
Filmes como “La primera carga al machete”, “Los días del agua”, “Mella”, “Aventuras de Juan Quinquín” y “Reina y Rey” representan títulos imprescindibles de la cinematografía nacional. Mencionarlos, entonces, es recordar a Julio García Espinosa, realizador de esas citadas cintas, un hombre de cine y que vivió para el cine.
En abril de 2016 nuestra cultura perdió a este hijo ilustre, cuya obra quedará como guía para las actuales y futuras generaciones de cineastas cubanos. Ahora, sus cenizas fueron depositadas en el Jardín Madre Teresa de Calcuta de la Basílica Menor y Convento de San Francisco de Asís, en una ceremonia realizada esta jueves 15 de septiembre, con la presencia de Lola Calviño – viuda –, familiares y amigos. A este emotivo momento también asistieron Abel Prieto, Ministro de Cultura; Armando Hart Dávalos, Director de la Oficina del Programa Martiano, y otros destacados intelectuales de la Isla.
Luego, en la Sala de Conciertos de este emblemático lugar del Centro Histórico habanero, se recordó a este director de cine, primero en las palabras del Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler, quien calificó a García Espinosa como hombre de principios, de carácter fuerte, quien “se encaró a problemas y dificultades que supo vencer, y formó junto a Alfredo Guevara, a Tomás Gutiérrez Alea, a los que ya no están presentes, una obra para el cine cubano y para la cultura cubana que existe más allá de nuestro propios deseos. Está, implantada, como parte de la historia de Cuba”.
El Historiador rememoró aquellos instantes en que conoció a la familia García Espinosa y su estrecha relación de amistad con ellos. Luego también recordó el nacimiento del Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC), del cual García Espinosa fue fundador, y después “vendrían los grandes sucesos de los cuales todos hemos sido partícipes, y esos nombres han estado ligado por siempre a mi propia vida”, apuntó Leal.
“Me alegró en el día de hoy – sentenció el Historiador – de que en este pequeño espacio, donde están tantos amigos reunidos, esté Julio. Pero él no está ahí. Hemos asistido solamente a cumplir con esa categoría que de vez en cuando se repite en la prensa, los restos mortales. ¿Qué quiere decir? Ahí solamente está lo que Lola, su viuda, depositó: las cenizas. Pero el inmenso amor que le prodigó en la vida, el acompañamiento a su obra intelectual, la convirtió en su primer admirador, y junto a su familia arroparon a Julio hasta el último día de su vida”.
Como afirmara el Doctor Leal Spengler, “más allá de lo que engendró de su carne y de su sangre, Julio ha engendrado también una obra y compartió ese tiempo maravilloso del cual no nos podemos desprender (…) Julio no admitiría flaquezas, ni desconsuelo, ni tristezas. Él fue de la fe inconmovible en que la única forma de perpetuarse era a través de una obra. La obra está; él la hizo; ustedes la hicieron y por eso hoy, encanecida y difícil de reconocer a veces en el uno y en el otro, aparece la gran generación que ha sido protagonista”.
Como apuntan los especialistas y estudiosos, Julio García Espinosa fue precursor y fundador del nuevo cine nacional (desde el ICAIC), hacedor fundamental del Nuevo Cine Latinoamericano, fundador y luego director de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, impulsor del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Dentro de sus múltiples reconocimientos cuenta con el Premio Nacional de Cine, entre tantos otros.
Pero más allá de galardones – que no dejan de ser importantes –, García Espinosa contribuyó a la solidificación de un arte cinematográfico nacional, en momentos en que la expresión buscaba nuevos caminos, nuevas maneras de hacer que persisten y persistirán a lo largo del tiempo.
Es por eso que para Leal, este momento – en el que también estuvo presente el arte pianístico de Ernán López-Nussa – no puede traducirse en tristeza porque se cumplió lo que el gran poeta de la lengua española, Jorge Manrique, señaló como un privilegio de los artistas.
“El poeta consideraba que había tres vidas. La vida humanal es esta; la vida infinita y la vida de la fama. La primera es una realidad, la segunda, una certeza; y la tercera solo le pertenece a los creadores. Dondequiera que esté su obra será inmortal. Gracias, Julio, por haber contribuido a una obra grande y extraordinaria. ¿Cuál es esa obra? Cuba, nuestra madre amantísima; la mayor, la que va delante, la que envuelve con sus alas y los aprieta a todos los que sienten la cubanía que es nacer, crecer y amar a Cuba, estando aquí o estando lejos”, finalizó Leal.
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Gracias Habana Radio por tan bella página dedicada a JULIO. Gracias a todos los buenos amigos de Habana Radio, a Magda y todos su colaboradores, es maravilloso encontrar un equipo de trabajadores que hacen su trabajo por amor y con gran sentido de pertenencia y es es lo que recibimos de todo el equipo de Patrimonio, desde el jardinero, las custodias, las especialistas todas y cada uno de los que están allí junto al más amoroso de los trabajadores: el querido Eusebio Leal.Les agradezco a todos y se que Julio está feliz allí en el Jardín . Un gran abrazo