Hermosas orugas pero, ¡cuidado!, pueden ser tóxicas
16 de septiembre de 2016
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¿Qué es una oruga? Es la larva de los insectos del orden Lepidoptera, que incluye las mariposas diurnas y nocturnas. En ocasiones también se les llama orugas a las larvas de algunos coleópteros grandes. Las orugas de las mariposas son, generalmente, blandas y cilíndricas y pueden presentar vistosos colores. Pero, ojo, porque este colorido casi siempre es una advertencia de su toxicidad o desagradable sabor. De manera general, en la naturaleza, aquellos animales de coloridos llamativos probablemente son tóxicos o tiene un sabor desagradable, o ambas cosas a la vez. El cuerpo de las orugas es largo y dividido en segmentos. Tienen tres pares de patas delanteras, más 2-5 pares de falsas patas, (pseudopatas o propodios) en los segmentos abdominales, estas falsas patas son unas protuberancias membranosas de la cutícula, que tienen forma de ventosa y están provistas de ganchos en el extremo.
Ahora les comento acerca de algunas orugas preciosas por su colorido, pero que este color es un aviso de: ¡apártate, no me toques! Porque soy tóxica, ¡aléjate!
La afección que causan las orugas tóxicas se denomina “lepidopterismo”, y consiste en lesiones dérmicas y síntomas de diferente gravedad en el ser humano; el daño es causado mediante por estructuras defensivas que consisten en pelos, espinas o setas que cubren sus cuerpos y que están provistas de glándulas que producen toxinas; estas sustancias químicas las obtienen de las plantas sobre las que se alimentan. De manera que primera función de estos pelos es la defensa. También, las orugas pueden lanzar sus excrementos lejos de sus cuerpos, comportamiento este que les permite evitar que se acerquen parásitos que podrían dañarlas.
Se ha documentado que la mayoría de las personas adquieren cierta inmunidad ante repetidos contactos con estas orugas, pero también puede ocurrir que con cada contacto, con determinadas especies, el efecto se magnifica.
La oruga “peluche”
Aunque parece de peluche y dan ganas de tocarla, es fundamental resistir a la tentación: la oruga Megalopyge opercularis es altamente venenosa. Se puede encontrar en los robles, olmos, ciruelo silvestre, así como muchas plantas de jardín, tales como rosas y hiedra. Se distribuye por todo el este de los Estados Unidos entre Carolina del Norte y la Florida, el sur de Estados Unidos, México, y algunas partes de América Central.
Estas larvas pueden parecer suaves, pero bajo esa capa de pelo como de peluche, se esconden espinas venenosas que pueden clavarse en la piel provocando un dolor “peor que el de la picadura de una abeja”, tanto que parece que te llaga hasta los huesos. Algunas personas que han sido picadas en la mano refieren que el dolor puede extenderse hasta el hombro y durar unas 12 horas. Pueden causar ardor, hinchazón, náuseas, dolor de cabeza, malestar abdominal, erupciones, ampollas, y algunas veces dolor en el pecho, entumecimiento, o dificultad para respirar.
Oruga “ensillada”
La oruga “ensillada”, Acharia stimulea, es la larva de una especie nativa de polilla que habita en el este de América del Norte. Es de color verde y marrón, con un prominente punto marrón dorso central que lleva un anillado blanco en el centro, todo el conjunto asemeja una silla de montar. Los pelos que se observan son urticantes y secretan un veneno irritante, el contacto con ellos causa una erupción cutánea dolorosa e inflamatoria, que, a veces, provoca náuseas.
Oruga “rosa del escozor” (o rosa picadora)
Se halla en bosques del este de los Estados Unidos, desde Nueva York a Florida y al oeste de Missouri y Tejas. Se alimentan de la manzana, cornejo, nogal americano, arces, robles, álamos y arbustos de rosas. También posee numerosos pelos urticantes, de estos, deriva su nombre común. Lo que más destaca en estas orugas, son las protuberancias espinosas rojas y amarillas en sus laterales. El adulto de esta mariposa es una especie cuya conservación se considera una preocupación.
Oruga procesionaria del pino
Thaumetopoea pityocampa, abunda en los bosques de pinos de Europa del Sur y central, donde es una plaga muy extendida. Además de los pinos, habita también en cedros y abetos. Las orugas están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina. Las orugas tienen comportamiento social, de modo de durante toda su vida larvaria establecerán interacciones cooperativas normalmente con sus hermanas de puesta; y también, desarrollarán toda su vida larvaria sobre un mismo árbol, y solo lo abandonarán para hacer la procesión de pupa o bien para buscar un pino contiguo si han agotado la totalidad de las acículas del pino donde nacieron. Inmediatamente después de eclosionar y salir las orugas, empiezan a alimentarse de las acículas de los árboles provocando su defoliación. Desde el primer estadio larvario, las colonias de orugas construyen conjuntamente pequeñas bolsas de seda con función de refugio colectivo.
Oruga polilla Io
Automerisio, se encuentra desde Canadá hasta Texas y la Florida. Presenta unas graciosas espinas en forma de pom-pom. Pero recuerda, ¡no los toques! Las pequeñas espinas, por diminutas que sean, poseen un veneno que puede causar una picazón dolorosa, y hasta dermatitis. Los huevos de esta polilla son depositados en grupos, por lo que las orugas se ven a menudo tan juntas, que parecen una hoja, pero, ¡cuidado!
Recomendaciones
Cuando se tiene contacto con las larvas tóxicas se recomienda retirar los restos de las espinas con cinta adhesiva y usar medicamentos antihistamínicos. Si la persona es muy sensible, presenta fiebre o tiene problemas asmáticos o cardíacos, se debe ir al hospital inmediatamente. Algunos otros remedios son caseros, como usar bicarbonato de sodio para cocinar y cremas con hidrocortisona. Se debe tener pinzas de disección (o semejantes) a la mano para retirar las larvas o sus restos del área afectada, no usar las manos para esto, ya que se producirían más lesiones. Las personas que salen al campo a hacer recorridos de esparcimiento, observaciones y/o muestreos científicos, deben tener esto muy en cuenta.
Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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