Cuando la verdad no importa
13 de septiembre de 2016
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Confieso que cuando vi al inspirado presidente de los Estados Unidos restableciendo las relaciones con Cuba y “comprometido” con ir echando abajo el bloqueo que el país del Norte ha impuesto a la pequeña Isla por más de 55 años, hasta creí que la representación de Washington se libraría del bochorno que me imagino pase cuando la casi totalidad de los países miembros de la ONU –excepto Estados Unidos e Israel– voten a favor de Cuba y contra las crueles y obsoletas medidas.
Pero no ha sido así, y una vez más, en este octubre de 2016, Cuba, con la frente en alto y la dignidad que nos caracteriza, llevará al plenario de Naciones Unidas, la Resolución donde se exige que Washington elimine el bloqueo.
Es obvio que EEUU y su poder mediático tratan de confundir a la comunidad internacional respecto a la envergadura de los efectos de esas medidas coercitivas que sufren los ciudadanos cubanos.
Y, cuando los cantos de sirena de la administración Obama, parecían indicar una rectificación en el equivocado camino, la realidad muestra otra verdad; solo entre abril de 2015 y marzo de 2016, el bloqueo norteamericano ha provocado daños económicos directos por 4 680 millones de dólares.
Sumado esto, a los efectos de casi seis décadas de esas medidas, la cifra supera los 753 688 millones de dólares.
No hay que ser economista ni experto en matemática, para que nos demos cuenta que estamos en presencia del uso de la ilógica en la política internacional, aunque el presidente Obama diga lo contrario.
Él pudo y aun puede hacer mucho para cambiar el rumbo de esa política o al menos podar el andamiaje que la sustenta.
Sabemos qué puede y qué no puede hacer el gobernante. Sabemos bien cuáles son sus prerrogativas y cuáles la de un Congreso que en distintas épocas, con diferentes administraciones, ha sido el instrumento usado para que se mantenga ese mal sistémico donde lo único que importa es el dinero.
Pasa otro tanto en relación con la política migratoria de Estados Unidos encaminada a hacer daño a Cuba.
¿Cómo es posible que en la sociedad civilizada de estos tiempos, haya un gobierno que se empecine contra toda lógica y contra el rechazo universal de gobiernos y pueblos, a utilizar ese juego político llamado “pies secos, pies mojados”, para dar la bienvenida a cuantos cubanos opten por emigrar a través de peligrosas fronteras o de un mar que ha sido sepultura para no pocos hijos de esta isla caribeña?
Cuando en días recientes nueve mandatarios de la región enviaron una carta al presidente Obama para que se ponga fin a la política migratoria contra Cuba, muchos hasta creímos que habría un pronunciamiento, al menos como forma de respeto para con sus homólogos de la región.
Pero nada. Ni Obama contestó a la misiva, ni movió un dedo para hacer uso de sus prerrogativas como Presidente y, al menos, poner freno a una política tan aberrada.
Sucede igual con el llamado “Parole”, programa norteamericano que incentiva la deserción de médicos y otros profesionales cubanos que brindan su solidaridad en otros países y que desde el rico Norte, se les incita para que abandonen no solo a Cuba, sino a lo más importante de un ser humano: ayudar a salvar vidas.
Entonces, mientras exista esa política, sea en la administración Obama o en la que venga a partir de enero próximo, Cuba continuará su lucha y su persistencia contra el bloqueo y demás medidas absurdas que solo afectan a nuestra población.
El 26 de octubre volverá a oírse la voz de la Isla en el plenario de la ONU y, de seguro, volverán a contabilizarse los votos de una mayoría absoluta que se opone al bloqueo, como también se opone el propio pueblo norteamericano.
Comentarios
Muy oportuno su artículo, ahora que Barack Obama acaba de firmar por un año más, la Ley de Comercio con el Enemigo que sustenta el bloqueo económico impuesto a Cuba. Así como usted confiesa que imaginó que EEUU se libraría del bochorno que nuevamente pasará ante la ONU, yo confieso que no fui nada optimista al respecto. Muy por el contrario, sufrí convulsiones al ver a los ancianos soldados yankis cumplir su promesa de regresar a Cuba a izar su bandera, entre otras cosas, sin embargo, en aras de la diplomacia y de todo aquello que pueda significar mejoras para el pueblo, me obligué a creer. Hoy vemos como todo eso solo lo han usado para hacer campaña a su favor, solo les interesa vender la imagen de gente estadounidense llegando felices a Cuba y a alcaldes y empresarios gringos vistando la isla y hablando de "futuros posibles" negocios para cuando algún día remoto se levante el bloqueo. Eso suele ser suficiente para que los incautos que consumen pasivamente lo que le brindan sus medios de comunicación, afirmen que se ha levantado el bloqueo. Lo de la ONU... cada año nos demuestra su nulidad, su naturaleza antidemocratica, pues ignoran abiertamente la voluntad de la mayoría de los gobiernos como en el caso de la casi unánime solicitud del levantamiento del bloqueo contra Cuba y otros muchos casos más. Pero como usted dice, sabemos lo que el presidente de EEUU puede y no puede hacer, sabemos qué esperar y a que atenernos, pero también sabemos que el optimismo y la lucha deben estar presentes siempre en nosotros porque sencillamente es la forma de vida de los revolucionarios.