Welcome

9 de septiembre de 2016

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Jesús Francisco Yagües

El estreno mundial de “Welcome” (“Bienvenido”), a cargo de Danza Abierta, con la concepción y dirección coreográfica de Susana Pous, que tuvo lugar en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, marcó la inauguración de la tercera edición de Habanarte que desde el 8 y hasta el 18 de septiembre aglutina todas las artes de una vez, en diferentes lugares de la capital.
La acción de “Welcome” transcurre en una isla imaginaria, que puede ser perfectamente Cuba, por la presencia de dos enormes palmeras que se desplazan permanentemente a lo largo del escenario, plantas que forman parte de la paisajística nacional, y sitio en el que sus personajes desean, sueñan y viven, “marcados por la complicidad y entrecruzamientos de saberes y manifestaciones”, contaminando, amplificando y moldeando el ambiente con su comportamiento.
Cuatro mujeres – Maylin Castillo, Diana Columbié, Lisset Galego, Elizabeth Mendoza – y tres hombres – Abel Rojo, Gabriel Méndez, Marcel Méndez –, integran el pequeño pero inmenso elenco, que con sus movimientos corpóreos, que rayan en la acrobacia, demuestran con su limpia y técnica ejecutoria que son portadores de un estilo o lenguaje danzario propio, que los diferencia de otras compañías del patio que cultivan el mismo género, la danza moderna, apoyados, por supuesto, por la música de Aldo López-Gavilán Junco en un diseño sonoro de Raymel Cazamayor, que incluye un novedoso arreglo de “La bella cubana” de José White, dos mozambiques de Pello el Afrokán y el tema “Bonito y sabroso”, interpretado por Benny Moré.
Una talentosa y económica escenografía, o más bien un inteligente diseño instalativo de la artista Mabel Poblet, conformado por recortes de metal (latón) en forma de cuadriláteros hilvanados en hilos invisibles sobre varios paneles cuadrados y móviles, acompañados de un enorme telón de fondo confeccionado de la misma forma sobre los que se aplican luces diseñadas con muy buen gusto, y que trae como resultado destellos lumínicos de gran belleza, le otorgan al espectáculo esplendor y grandiosidad nunca antes visto en otra entrega danzaria.
Mención aparte merece el vestuario de Celia Ledón, diseñado con gran colorido y acorde con la moda actual juvenil, que le impregna contemporaneidad a la puesta.