Las vivencias de José Martí durante su permanencia en varios países latinoamericanos

23 de septiembre de 2016

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Víctor Pérez-Galdós Ortíz

 

 

Además de Cuba, su tierra natal, José Martí tuvo la posibilidad de vivir durante algún tiempo, en distintas etapas de su vida, en tres países de América latina y esto acrecentó sus vivencias y su profundo amor por lo que él llegó a calificar como Nuestra América.

En 1871 tras cumplir varios meses de presidio y la realización de trabajo forzado, el Apóstol fue deportado hacia España. En la península ibérica permaneció hasta 1875 en que se trasladó México, país al que llegó el 8 de febrero del año citado con el objetivo de reencontrarse con sus padres y hermanas que se habían trasladado hacia allí desde el año anterior.

En México, Martí laboró como periodista y también desarrolló una importante actividad cultural ya que incluso fue aceptado como socio del Liceo Hidalgo, sociedad a la que pertenecían los más destacados intelectuales del país. También en ese país, realizó la traducción de la novela Mis hijos, del poeta y escritor francés Víctor Hugo.

Igualmente en la capital mexicana el 19 de diciembre de 1875 se estrenó en el teatro Principal su obra Amor con amor se paga.

Martí estuvo en México hasta finales de 1876. Su salida del país estuvo relacionada con el brusco cambio que se había producido en el gobierno. Entonces él decidió marcharse de México antes que poner su firma en trabajos periodísticos al servicio de un dictador.

El 16 de diciembre de 1876 en el periódico El Federalista en un artículo titulado “Extranjero” hizo referencia a cómo se había sentido en México y las causas que motivaban su salida del país.

Trece días después Martí abandonó la capital mexicana con destino a Veracruz, lugar donde el dos de enero de 1877 abordó el vapor Ebro, en el cual viajó hacia La Habana en forma clandestina.

Después de retornar brevemente a México, Martí se dirigió hacia Guatemala donde vivió por espacio de algo más de año y medio. Allí impartió clases de literatura en la Escuela Normal que dirigía el cubano José Maria Izaguirre, y después fue nombrado catedrático de literatura y de historia de la filosofía de la universidad. También en esta nación centroamericana escribió una obra teatral titulada Patria y Libertad.

En diciembre de 1877 se ausentó Martí durante varios días de Guatemala, pues había viajado a México para casarse con la cubana Carmen Zayas Bazán. Poco tiempo después de haber retornado a Guatemala, se publicó en El Porvenir un artículo suyo titulado “Poesía dramática americana”, en el que realizó un llamado a buscar inspiración de los autores en la historia americana.

En marzo de 1878 se editó en México un folleto suyo con el nombre de Guatemala. En su parte inicial Martí expuso un concepto que pone de relieve su sensibilidad ya que aseguró: “¿Por qué escribo este libro? Cuando nací, la naturaleza me dijo: ¡ama! y mi corazón dijo: ¡agradece! Y desde entonces yo amo al bueno y al malo, hago religión de la lealtad y abrazo a cuantos me hacen bien.”

Evocó igualmente José Martí su llegada a Guatemala, y lo que había significado para él ejercer allí como maestro al exponer: “Yo llegué, meses hace, a un pueblo hermoso; llegué pobre, desconocido, fiero y triste. Sin perturbar mi decoro, sin doblegar mi fiereza, el pueblo aquel, sincero y generoso, ha dado abrigo al peregrino humilde. Lo hizo maestro, que es hacerlo creador. Me ha tendido la mano y yo la estrecho. Guatemala es una tierra hospitalaria, rica y franca: he de decirlo”.

El 6 de abril de 1878 Martí renunció a su plaza de catedrático de la Escuela Normal Central de Guatemala en solidaridad con el director del centro, el cubano José María Izaguirre, quién había sido arbitrariamente depuesto por el presidente del país.

Varios meses después, el 27 de julio, abandonó Guatemala junto a su esposa. Partió vía Honduras hacia Cuba. Pero de su tierra natal fue nuevamente deportado en septiembre de 1879 por hallarse participando en actividades de carácter patriótico a favor de la independencia de la Isla. Entonces tuvo una breve estancia en España y de ahí, en enero de 1880, se dirigió hacia los Estados Unidos de América.

Tras un año de permanencia en el territorio norteamericano viaja a Venezuela, que sería el tercer país de América Latina donde residiera, en esa oportunidad por espacio de casi siete meses.

En Caracas también ejerció el magisterio al impartir clases de Gramática y Literatura y realizó las funciones de periodista al colaborar con el periódico La Opinión Nacional así como llegó a crear y dirigir la Revista Venezolana, cuyo primer número circuló en el mes de julio de 1881. Precisamente un trabajo de Martí que salió publicado en el segundo y último número de esta revista venezolana, en el propio mes de julio, motivó su abrupta salida del país. En ese artículo hizo referencia a una figura que había fallecido y que había sido un opositor del gobernante venezolano, quién ordenó su expulsión del país.

Pero antes de marcharse Martí envió una carta a Fausto Teodoro de Aldrey que fuera publicada en La Opinión Nacional, de Caracas el 27 de julio de 1881 en la que ratificó su amor por Venezuela y aseguró además que de América era hijo y a ella se debía.