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Atención con la cibercondría

9 de septiembre de 2016

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Con la masificación de las nuevas tecnologías y la difusión del acceso a Internet en casi todas las regiones del planeta, que sin lugar a dudas se ha convertido en una fuente de conocimiento, información y comunicación a tomar en cuenta en las sociedades modernas, también se han comenzado a constatar una serie de “efectos adversos” consecuencia del uso indebido y desmedido de estas valiosas herramientas.
Así, entre los términosde más reciente acuñación para describir problemas de salud que están siendo observados en la poblaciónen la actualidad, ha irrumpido el de “cibercondría”, la cual se define como la hipocondría nacida a partir de la revisión de síntomas de enfermedades en Internet.
Sin discusión alguna la red de redes ofrece acceso ilimitado a información de todo tipo. Dentro del abanico de posibilidades que pone al alcance del internauta se encuentran un sinnúmero de revistas, artículos y toda una amplia gama de materiales audiovisuales de contenidos médicos, con los que se puede obtener información sobre las enfermedades y sus síntomas, así como los tratamientos empleados para su prevención y/o curación.
Sin embargo, sin demeritar la gran utilidad que tiene la información disponible para que el individuo se mantenga informado sobre diversos temas relacionados con la medicina y los cuidados de la salud; condicionado por el uso desmedido e irracional de estos contenidos, sin que sea su propósito, se han convertido en fuente de un mal social que afecta a personas que se dejan influenciar y sugestionar por ella.
Como resultado de la cibercondría se propicia la instauración de conductas dañinas como la automedicación. El miedo a padecer la enfermedad sobre la que se busca información, puede llevar a la persona a confundir o mal interpretar los síntomas que se describen y convencerse de que está padeciendo la enfermedad. De ahí que es probable que a causa de esta auto-sugestión, acuda al consumo de medicamentos que realmente no necesita y que en lugar de beneficiarlo le pueden ocasionar problemas mayores.
Si está usted entre los que han decidido practicar la medicina aplicando la información que encuentra en Internet, le recomendamos reconsiderar de inmediato esta peligrosa conducta. Sea precavido respecto a los materiales y demás contenidos que revisa. Si tiene una duda razonable, no fundada en supuestos, lo adecuado es acudir al médico, pues solo él le puede decir cuál es el proceder adecuado. No por gusto ha dedicado años de estudio y prácticas para ello, sin necesitar buscar los síntomas listados en un artículo en la web para saber si está o no enfermo.

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