Punta de Maisí, en las fauces del cocodrilo
29 de julio de 2016
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Desde hace muchos años Cuba ha sido comparada, por su forma, con la silueta de un cocodrilo cuyas fauces y cola corresponden a los extremos este y oeste de la Isla, respectivamente. Este símil aparece como resultado de una interpretación ideal de la configuración insular vista en un mapa. Cocodrilo y no caimán, por ser el primero y no el segundo un animal autóctonamente cubano.
Desde entonces se sabía que uno de los extremos del Archipiélago se hallaba en la Punta de Maisí, separada de Haití por un brazo de mar denominado Paso de los Vientos. Sin embargo, precisiones posteriores permitieron aseverar que era la Punta del Quemado y no la Punta de Maisí quien ocupa el extremo oriente del territorio nacional. Ambos parajes se hallan situados muy cerca uno del otro.
Si acudimos al mapa, se podrán localizar las coordenadas de la Punta del Quemado en 20º 12′ 36″ de latitud norte, y 74º 07′ 52″ de longitud oeste. Este lugar aparece un poco más al este que Maisí, con lo cual se cumple la condición anteriormente mencionada.
El territorio del remate oriental cubano resulta ser muy interesante por la constitución de su relieve, su clima y sus suelos. En efecto, el entorno de la punta de Maisí está delineado por una serie de terrazas marinas, estructura habitual en otras partes litorales de Cuba, originadas por ascensos sucesivos y seculares de la costa, y fluctuaciones en el nivel del mar. Al ser contempladas de soslayo, desde el mar, parecen efectivamente una gran escalinata natural.
En la zona de Maisí estas terrazas se hacen más anchas, convirtiéndose en una serie de plataformas superpuestas en varios niveles. Resulta interesante observar que su superficie está cubierta por extensos arenales, como si de repente la Cuba tropical se hubiese transformado en desierto. Ello se debe, entre otros factores, a las características climáticas de la región con muy escasas precipitaciones.
Allí crecen cactus como tubos espinosos de gran altura, en correspondencia con la vegetación típica de los lugares con crónica escasez de agua. En esa zona sólo caen unos 800 milímetros de lluvia al año, seriamente menoscabada en estos tiempos de grave sequía en el País, cuyas consecuencias son más agudas en la región oriental. Los moradores de Maisí han construido unos grandes aljibes de cemento con el fin de aprovechar las escasas lluvias que caen en el lugar.
Esta situación de sequía puede cambiar radicalmente en ciertos momentos del año, cuando cruzan por las inmediaciones de Maisí los inciertos e intensos ciclones tropicales, generalmente en el período comprendido entre los meses de junio y noviembre.
Un breve caserío de madera completa el panorama del lugar, donde viven decenas de pobladores a pesar de las rigurosas condiciones que les impone la geografía del entorno. A pesar de ello, allí existen una posta médica, una escuela, equipos de comunicación y una estación meteorológica. Un aeródromo se extiende desde la costa para facilitar el aterrizaje de las pequeñas aeronaves que comunican el lugar con la ciudad de Baracoa.
Hace muchos años, sólo podía llegarse allí por mar. Por ello, hasta hace cuatro décadas, sus habitantes permanecían en total aislamiento.
La actividad económica fundamental en la región es la pesca, y el procesamiento del grano del café, cuyo secado se facilita por las condiciones climáticas ya mencionadas.
En Maisí fue construido un faro, cuyo fanal está destinado a la protección de la navegación. El reflector se halla situado en una torre que se levanta a 31 metros de altura sobre el terreno. Su haz fulgente alcanza hasta unos 27 kilómetros en la distancia.
Más allá, por el norte, se vislumbran en lontananza las montañas de la región nororiental de Cuba, constituidas por las elevaciones del Macizo Sagua-Baracoa, de gran altura y abrupto relieve cubierto de profusa vegetación, estableciendo un contraste peculiar con el semidesierto de Maisí.
Mientras, también sobre la lejanía de las aguas azules, aparece el sol cada mañana, privilegiando a los que allí residen con ser los primeros cubanos en ver el despertar del Astro.
Maisí es nuestra tierra del sol naciente: el extremo oriental del archipiélago cubano.
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