Forma

22 de julio de 2016

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Jesús Francisco Yagües

 

 

Recientemente tuvo lugar la reapertura de Forma, Galería del Fondo Cubano de Bienes Culturales destinada a la expo-venta de obras de arte como: pinturas, dibujos, fotografías, cerámicas, esculturas en metal, tallas en madera y orfebrería en la que predomina la bisutería como elemento decorativo que engalana la presencia de las féminas.

El local construido en 1905, que ocupa Forma desde 1980 y que la convierte en Galería emblemática del FCBC por ser la primera casa comercializadora entre todas las de su tipo que integra el Fondo y que radica en la arteria fundamental del Centro Histórico de la Ciudad, la calle Obispo No. 255 entre Cuba y Aguiar, frente al hotel “Florida”, fue sometido a un largo, complejo y serio proceso de remodelación que una vez concluido, en el se puede apreciar en su interior como conviven de forma armoniosa los vestigios de los elementos primarios constructivos con los actuales y en su fachada el respeto absoluto a las regulaciones urbanísticas establecidas, pues se le ha devuelto su faz original en plena concordancia con el entorno que le circunda.

Es importante señalar el rescate y la minuciosa restauración de un horno perteneciente al siglo XIX, que se haya ubicado en el patio de la institución y que contribuye a que Forma adquiera un alto valor patrimonial.

Treinta y cinco artistas, por el momento, integran el catálogo de Forma y en lo allí expuesto se puede apreciar el talento, el buen gusto y la habilidad manual de cada una de ellos en sus respectivos géneros creativos.

Un grupo de especialistas muy calificados al frente de los que se encuentra la Directora de Forma, Rosa María Jorge Martínez, poseen la responsabilidad de seleccionar las obras que se expo-venden, y que deben estar acompañadas de la calidad indispensable, amen de su concepción, para este tipo de proyecto.

Forma, Galería es un espacio que al reabrir sus puertas enaltece el Centro Histórico de la Ciudad, no solamente por la particularidad de la gestión comercial que realizan y la estética del sitio, sino también porque enriquece el universo cultural del cliente, que acude a este lugar en busca de una obra artística, que necesita para agradar el hábitat en el que se desenvuelve su cotidiano bregar.