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La “Señora Habana” y su experiencia de participación

12 de agosto de 2016

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adelaida

 

“Fiesta comunitaria de Elegguá para los niños” participó en el primer taller de proyectos comunitarios celebrado recientemente en La Habana Vieja y con anterioridad fue recogido en el libro Patrimonio y ciudadanía. Experiencias de participación en La Habana Vieja redactado, editado y diseñado por el Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que vio la luz en la última Feria Internacional del Libro de La Habana.
Adelaida Victoria de la Caridad Borges Fernández, la “Señora Habana”, es la protagonista de este proyecto que se celebra al inicio o fin de año y que comenzó por los poquitos niños que estaban alrededor de ella en la Plaza de la Catedral para extenderse, luego, a las manzanas del entorno porque “hoy resulta una tradición de los niños y sus padres, quienes se preparan cada enero para homenajear a Elegguá. Pero no queda en eso, alrededor de esta sencilla fiesta existe una combinación de voluntades, de contribuciones externas, lo cual le da a la acción carácter participativo, integral e inclusivo”.
Este, uno de los muchos proyectos comunitarios existentes en La Habana Vieja ha cosechado resultados tanto individuales como colectivos; si entre los primeros figuran el mejoramiento de la disciplina de los niños en la escuela y el barrio y el incremento de sus relaciones interpersonales, de los lazos de solidaridad y sentido de pertenencia a una actividad que ven como parte de su vida, entre los colectivos sobresalen el establecimiento de una tradición de barrio, de espacio, promueve la contribución de los vecinos en la elevación de la calidad de vida de todos, el sentido de compromiso con los niños, con las tradiciones religiosas de sus antepasados y socializa a la población con los elementos identitarios de la nacionalidad cubana.
Adelaida cubre estas fiestas con parte de los ingresos financieros que recauda mientras predice con sus cartas el destino de los visitantes y, brinda su contribución, además, a la Oficia del Historiador como figura costumbrista; y a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), como cuentapropista; de lo que comenta: “el país necesita de esto para la seguridad social, hospitales, escuelas y todas la obra humana que realiza, ¿por qué no contribuir con las ganancias a la felicidad de los niños y a su educación?”.
Al finalizar cada fiesta, los niños, padres y demás participantes evocan a Elegguá y piden “para Cuba y para La Habana Vieja las cosas más lindas que puedan haber, seguir adelante, restaurando, enseñando a querer lo que tenemos, nuestro tesoro. Que se borre el egoísmo, que los niños sean hombres de bien, y que haya paz en el mundo”, como dijera la propia Adelaida en la Fiesta para Elegguá de 2014.

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Comentarios



Eliza marx / 14 de julio de 2021

Hola! La señora de la habana me atendió hacen años y me gustaría tener su teléfono de contacto para agradecerla! Es posible? Muchas gracias