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Más ejercicios para mejorar la motivación

8 de julio de 2016

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Pensando y leyendo me percaté que el tema que les propuse la semana pasada sobre los ejercicios para aprender a amar aquellas actividades que no nos gustan pero que son parte de la vida y no se pueden esquivar, pues no está agotado; así que voy a continuar dándoles algunos consejos al respecto. La vez anterior les recomendé cómo actuar ante una situación laboral estresante, pero la vida es mucho más, así que me referiré a otros entornos de la vida diaria.
Asimismo quiero hablar sobre cómo reaccionar ante personas con las que nos relacionamos cotidianamente o nos topamos eventualmente en cualquier ámbito de la vida, ya sea personal, laboral, con amigos, en la calle. Por ejemplo, si una persona enfadada nos hace una reclamación, ya sea la esposa que le pide explicaciones al marido sobre su llegada tarde a la casa; o el esposo que le reclama a la mujer sobre en qué gastó tanto dinero; el jefe que le exige la solución de un asunto laboral cualquiera; el camarero que se enojó porque cambiaste el pedido nuevamente; el hijo que quiere la bicicleta prometida y que no le has comprado, etc., etc. Y repito que estas exigencias son hechas con enojo y todas las actitudes que esto conlleva como son gritos, gesticulaciones violentas, recriminaciones, amenazas, chantajes, etc.
¿Qué provoca esto? Pues puede incitarnos al enojo, al miedo, la ansiedad, el nerviosismo, y otras reacciones emocionales negativas; por lo que les aconsejo que lo primero que debemos hacer es reconocer lo que estamos sintiendo, o sea esas emociones desagradables, y no molestarnos con nosotros mismos por sentirlas (recordar siempre que con la única persona con la que no podemos pelearnos es con uno mismo). Conocer quiénes somos emocionalmente es el primer paso para alfabetizarnos emocionalmente, porque de esta forma tenemos un primer escalón sólido el cual nos permite estar en equilibrio emocional, y es sabido que las emociones pueden marcar el camino hacia fracaso cuando obnubilan la mente racional, mientras que son un factor decisivo del éxito si la acompañan inteligentemente manejadas.
Así que el ejercicio que les aconsejo ante una situación de este tipo es hacerse a uno mismo afirmaciones positivas (y llevarlas a cabo) como: “No interrumpiré, escucharé atentamente, cuando vaya a contestarle hablaré con serenidad, no gesticularé, no expresaré inconformidad”, y mientras que escuchas trata de ponerte en su posición para entenderlo. Verán que son consejos que provocarán que la otra persona empiece a bajar el tono, porque ya se sabe que la violencia genera violencia y yo agrego que la calma trae paz, así que si esto fuera una receta de cocina diría que lo que hicimos fue adobar y preparar los ingredientes; así que el próximo paso es mezclarlos y ponerlos al fuego. Por lo que se debe seguir –después de escuchar la “descarga” del otro– exponiendo nuestros puntos de vista y se le puede decir, “tomaré en cuenta su preocupación”, si no entendí algo, le preguntaré y al final le pediré que me diga qué podemos hacer para resolver la situación, y si la solución está en uno, pues se le puede pedir un voto de confianza, o sea, que confíe en uno. En un matrimonio (que es uno de los ejemplos que puse) es importante porque la confianza en la palabra del otro es un elemento fundamental, o sea, “confía en mí y voy a consultarte cuando vaya a hacer un gasto de dinero tan grande”.
Creo importante recalcar que hay que ser sinceros, o sea, de ninguna manera es una manipulación para que el otro se calle, para que nos deje en paz, ni para engañar, sino es un aprendizaje de auto superación que nos prepara para la vida, para ser felices, para hacer felices a los demás, y no solo a los allegados, sino a cualquiera porque no es ocioso ayudar a la dependiente de la tienda o al chofer del ómnibus que no es familia, ni amigo pero que es un ser humano.
El último ejercicio que te recomiendo para mejorar la motivación es el siguiente: en tu vida personal, laboral te enfrentas a situaciones desagradables, negativas, tareas que no quieres hacer porque no te gustan, porque son muy complejas o cualquier otro motivo. Durante esta semana lo percibirás como un reto, una oportunidad para mejorar tus capacidades, habilidades y a ti mismo como persona. Una pregunta que te debes hacer ¿Las tareas y proyectos que realizo actualmente o que pretendo emprender se corresponden realmente con mis metas personales?, en caso contrario ¿Vale realmente la pena realizar estas tareas o emprender estos proyectos? Piénselo.

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