Ernesto Lecuona-Epistolario (XLIV)
24 de junio de 2016
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En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, publicada por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba. Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra
Anticipándose a las restantes publicaciones cubanas, Carteles anunció el 1º de junio de 1958 la retirada de los escenarios de Ernesto Lecuona, luego de realizar una gira mundial de actuaciones, apoyada por más de veinte casas editoriales que publicaban sus obras y diferentes sociedades de autores:
Para realizarla –en forma escalonada– el autor de La comparsa está ya integrando los elencos de intérpretes que lo acompañarán en las diversas etapas de su gira internacional, que se iniciará –con la presentación de una revista– en el teatro Calderón, de Barcelona, próximamente, y continuará, de ahí en adelante, con un espectáculo de concierto.
Según los planes que se van perfilando, la tournée mundial de despedida de nuestro glorioso músico y pianista, se extenderá hasta las más apartadas latitudes –Escandinavia, Japón, hacia allá, Argentina, hacia acá–; que en todas partes del mundo La comparsa, Siboney, María la O, Malagueña, y tantas otras de sus producciones, ocupan permanentemente alto sitio en los ratings de la difusión.
De esa campaña artística forma parte, a petición de la Sociedad General de Autores de España, el estreno, en el Teatro de la Zarzuela madrileño, de su ópera El sombrero de yarey, para la que escribió la letra el veterano y laureado teatrista don Guillermo Fernández Shaw y hace las decoraciones López; la dirección estará a cargo de José Tamayo, y el elenco estará formado por grandes artistas líricos cubanos y españoles. Fecha señalada: entre diciembre y abril próximos.
Por tales motivos, Lecuona llegó a Vigo el 2 de noviembre de 1958 y, con posterioridad, se trasladó a Madrid para organizar aquel proyecto. Pero muy poco después de encontrarse en la Villa del Oso y el Madroño, un fuerte estado gripal –complicado con sus antiguas afecciones respiratorias– lo obligó a solicitar atención médica y cumplir un severo tratamiento facultativo, mientras buscaba una ciudad española donde no conspiraran contra su recuperación el frío y otras condiciones meteorológicas propias de la cercanía del invierno.
Ante la demora para lograr una mejoría en su estado de salud, el maestro determinó regresar a La Habana. Esto conllevó la renuncia a sus planes profesionales y, además, un homenaje que las autoridades y el pueblo de Málaga se propusieron tributarle en agradecimiento a su mundialmente célebre danza Malagueña.
Intrigado por tan abrupta decisión, el 10 de diciembre de 1958 Guillermo Fernández Shaw, gran amigo, admirador y colaborador de Lecuona, le escribió una carta en su casa de la madrileña calle Claudio Coello númerol 60.
Señor don Ernesto Lecuona
Barcelona
Querido maestro:
Estoy consternado. Se nos va usted de España cuando acaba de llegar. Esto es dejarnos con la miel en los labios: cuando habíamos abierto los brazos para darle la bienvenida, hemos de cerrarlos para despedirle con un abrazo gentilísimo. Comprendo las razones: con la salud no hay bromas y, si a usted este clima en esta época le siente mal, no vamos a querer los buenos amigos obligarlo a retrasar la recuperación de su salud. Pero ha sido una sorpresa muy dolorosa…
Por Luis Muñoz Lorente sé de sus planes, que ya usted me adelantaba un poco en su carta desde Alicante; por lo visto, piensa usted embarcar el día 29, en Barcelona, a bordo del Satrústegui. ¿Y lo de Málaga? ¿Renuncia a un homenaje tan cordial y tan merecido? ¿Cómo lo han arreglado ustedes? ¿Es que el buque toca en Málaga, y en su breve estancia en el puerto mediterráneo, se realiza el homenaje? Crea que todos los amigos de Madrid, que son legión, se han quedado estupefactos.
Yo pensaba escribirle un día de estos para desearle muy felices Navidades (recibí su tarjeta muy cariñosa y muy agradecida), y para comunicarle que Ardavín y Parada me dijeron ayer que de un día a otro me contestarían sobre cada uno de los puntos precisados en su carta. Excuso decirle que, según me vayan contestando, iré transmitiendo a usted las contestaciones. Respecto al Sombrero de yarey, por el que me preguntan algunos, siento que no hayamos tenido conversación alguna, que me permitiera trabajar para cuando a usted le fuera conveniente. Si tiene ejemplar ahí en Barcelona, ¿por qué no me manda sacar una copia y se la deja a Moltó para que me la certifique para acá? Así, solamente harían falta luego las explicaciones de usted, siempre claras para mí. Y con esa letra maravillosa, que yo tanto envidio por su magnífico pulso.
Para su sobrino, Rosita y Ernesto, mis más cariñosos saludos, y para usted un fuerte
abrazo de su incondicional
Guillermo Fernández Shaw
Como he de volver a escribirle antes de que salga de Barcelona, aplazo mi despedida.
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