Pedro Armendáriz
6 de mayo de 2016
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El Conquistador (The Conqueror) es una película que nunca será olvidada. Se filmó en 1956 en el estado norteamericano de Utah, en un área próxima a donde el gobierno norteamericano había realizado pruebas nucleares en el vecino estado de Nevada. En el transcurso de los años enfermaron más de 90 de las personas involucradas en las filmaciones y de ellas murieron 46, entre estas los actores John Wayne, John Hoyt, Susan Hayward, Agnes Moorehead y el mexicano Pedro Armendáriz. También el director, Dick Powell. No hubo casualidad en ello: el polvo radioactivo del desierto acabó con sus vidas.
También en 1956, hacia el mes de septiembre, el actor visitó La Habana con su familia: la esposa Carmen Bohr, la hija Carmita y el hijo Pedro. La fotografía de los cuatro, aparecida en la revista Bohemia, apuntaba al respecto que “el actor, hombre feliz además de artista mimado de la fama y la fortuna, se ha tomado su participación en la película La pandilla del soborno como unas vacaciones”.
Unas veces galán, otras héroe, cuando no villano, Pedro Armendáriz constituyó una presencia frecuente en Cuba, y muy querida y admirada. Sin embargo, una de aquellas visitas resultó memorable: el 24 de octubre de 1950 se inaugura oficialmente la televisión en Cuba, una de las pioneras de América Latina. En la noche se trasmitió una fiesta desde los jardines de la casa del presidente de la República Carlos Prío Socarrás, espectáculo que contó con la presencia de Armendáriz y de las actrices cubanas Carmen Montejo y Raquel Revuelta.
Tres años después, en 1953, regresó para el rodaje en La Habana de la película Mulata, junto a Ninón Sevilla.
Emilio El Indio Fernández, legendario realizador mexicano, tuvo en Pedro Armendáriz a uno de sus actores fetiches. Fue una de las estrellas más populares de la época de oro del cine mexicano, aunque además filmó en Hollywood y con las cinematografías europeas en producciones de Francia, España, Italia e Inglaterra, por lo que se convirtió en uno de los actores mexicanos de mayor trayectoria internacional en filmes dramáticos.
Pedro Armendáriz se suicidó el 18 de junio de 1963, de un balazo, al conocer el estado irreversible de su enfermedad.
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