Problemas sociales en la ciudad patrimonial (violencia e inseguridad ciudadana)

29 de abril de 2016

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Martha Oneida Pérez Cortés

 

 

La situación de pobreza, de desigualdades sociales y de exclusión conducen al incremento notable de la violencia. Se plantea que en el Centro Histórico se produce un tipo especial de violencia, proveniente de la contradicción entre riqueza y pobreza; de la concentración de la heterogeneidad y, por tanto, del conflicto. En este espacio la violencia se expresa bajo dos formas: la depredación del patrimonio –en sus distintas manifestaciones– y la concentración de un tipo particular de delitos definidos como de “violencia social”.

Fernando Carrión en el libro Centros Históricos de América Latina y el Caribe: 50 años de trayectoria, plantea que algunos de los efectos que produce la violencia en los centros históricos son los siguientes:

• Angustias y temores que genera, además de los homicidios y robos. Provoca que el sentido de comunidad se venga abajo y se erosione la cualidad de ciudadanía. Incremento de los costos de las actividades que se realizan en la zona o, en su defecto, reducción de actividades como el turismo.
• Percepción e imagen de una zona altamente violenta, que se construye a la par del deterioro que sufre el propio centro y de la condición popular que lo sustenta.
• Reducción del tiempo y del espacio. A ciertas horas y por ciertos lugares es imposible transitar por los centros históricos.

Estas situaciones se producen por el limitado trabajo en la creación de acciones que respondan a la dimensión socia de la rehabilitación, que marca el carácter integral de la misma, así como el rescate de la centralidad como base esencial sobre la cuál descansan los Centros Históricos.

La socióloga peruana Lucia Dammer plantea que entre los efectos de la violencia pueden mencionarse los siguientes:

• En términos sociales: reducción de la calidad de vida de la población (por la pérdida de vidas humanas y por la percepción de inseguridad que crea, que impacta en otras áreas como económica y ecológica), disminución del comportamiento de solidaridad humana.
• En términos económicos: incremento del costo de la actividad económica, reducción de las ventajas comparativas, dirección de los gastos de salud hacia lesiones y emergencias provenientes de la violencia y la reducción de la rentabilidad social del capital.
• En términos urbanos: reducción del tiempo y el espacio en el Centro Histórico, incremento de la segregación urbana.
• En términos culturales: restricción a la identidad de grupo, creación de imaginarios sustentados en mitos.
• En términos patrimoniales: reducción del valor del patrimonio por la vía de la degradación o por su extinción (robo).

Todas estas situaciones erosionan a los Centros Históricos como espacios de convivencia ciudadana y afectan la centralidad y sostenibilidad de los mismos, así como el reconocimiento de las raíces y las tradiciones históricas de la ciudad. Por ello es necesario la implementación de políticas sociales que beneficien a la población del estos territorios de acuerdo a las situaciones sociales que presenten.