El color en algunos animales. El oso polar
29 de abril de 2016
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Los colores son fundamentales para la mayoría de los animales, pues les ayudan a camuflarse y despistar a posibles depredadores en su hábitat natural. También permiten una mejor adaptación al entorno; en otras ocasiones resaltan la belleza del individuo que se hace así más atractivo a la hora de escoger pareja.
A veces nos llama mucho la atención el color de ciertas especies, ya sea porque están muy pigmentadas, o por el color de su pelaje. Una de estas especies es el oso polar cuyo pelaje es de color blanco muy característico y llamativo.
¿Sabe por qué estos osos tienen ese color?
La especie Ursus maritimus, popularmente conocida como oso polar u oso blanco, es un mamífero carnívoro, una de las especies carnívoras terrestres más grandes del planeta. Habita en algunas zonas de Canadá, Estados Unidos, Groenlandia, Rusia, Noruega, y las jurisdicciones noruegas de Svalbard y Jan Mayen. He aquí una de esas especies a las que nos referimos arriba, que mejor se adaptan a su entorno gracias a su color.
Los osos polares han evolucionado de otras especies de osos, en especial de los osos pardos. Teniendo en cuenta su hábitat y algunos postulados de la teoría evolutiva, fácilmente podemos pensar en una respuesta adaptativa al entorno. Esta adaptación permitió que la caza fuera más simple, ya que si al momento de atrapar a sus presas, los osos blancos hubieran sido marrones, negros o grises (como el resto de los osos) en medio del blanquísimo territorio ártico y las regiones polares, llamarían mucho la atención y serían divisados desde largas distancias. Este razonamiento es muy lógico, pero de hecho, la respuesta es un tanto más compleja.
En primer lugar, mencionemos el color de la piel. Fijémonos en el hocico del oso polar una de las zonas donde menos pelo hay. Ahí es más sencillo ver la piel. Sí es negro, porque, en efecto, la piel del oso polar es negra. Este color retiene la radiación solar que le llega, lo que facilita que aumente la temperatura corporal.
Sin embargo, a simple vista todos podemos notar que los osos polares son de color blanco. Pero lo que en realidad ocurre es que su pelaje es incoloro y transparente. Diversos estudios en cuanto a la naturaleza de este atípico pelaje sugieren que estos vellos son huecos y que lucen blancos porque pequeñísimas cantidades (microburbujas) de aire en el interior de cada pelo dispersa la luz de cada colorque dan ese efecto óptico, igual que ocurre con la nieve. ¿Verdad que ya no es tan sencillo?
El asunto es que el color blanco que vemos se hace visible a nuestros ojos cuando los objetos reflejan completamente todas las ondas de luz y no solo algunas.
¿Pero por qué los pelos son transparentes? La respuesta es doble. Por un lado, si tenemos en cuenta que la piel es negra para aumentar la radiación absorbida, no es lógica la presencia de pelos opacos encima de la piel que eviten o dificulten la llegada de esa radiación. Al ser transparentes, la radiación llega íntegra y aumenta la absorción de calor por parte del animal. Además, al ser huecos y contener esas microburbujas de aire, éstas actúan como un aislante ante el frío del exterior.
Ese abundante pelaje de pelos trasparentes llenos de microburbujas de aire, son los responsables de ese color blanco. Este hecho les dio una ventaja evolutiva frente a sus primos más oscuros, los osos pardos, en las zonas frías donde el color predominante es precisamente el blanco. Así, los osos polares eran más difícilmente localizables por posibles amenazas, por ejemplo los seres humanos, facilitándoles la supervivencia.
Quizás te preguntes por qué algunos osos polares que viven en zoológicos parecen tener un pelaje menos blanco, a veces con tonos verdosos o amarillentos. Esas tonalidades verdosas se deben a colonias de algas que se han desarrollado en el interior de esos pelos transparentes. Y también pueden adquirir esos tonos amarillentos por los aceites de la carne de las focas de las que se alimentan.
Lamentablemente, los osos polares son una especie en peligro de extinción en estado vulnerable y así ha sido desde que en el año 1982 la IUCN la declaró como tal. La población de esta hermosa criatura se estima que consta de entre unos 20.000 y 25.000 ejemplares, una cifra que se encuentra en descenso.
Las actuales amenazas que ponen en peligro a los osos son, principalmente,la acumulación de contaminantes en el hielo y la atmósfera árticos, además el calentamiento que está afectando su ecosistema.
Según estudios canadienses, el hielo de las zonas habitadas por estos animales se está derritiendo hasta tres semanas antes que en la década de 1970, obligando alos osos a retirarse a tierra firme sin haber completado sus reservas de grasa, que pierden durante el verano y el otoño, en forma tan crítica, que afecta la capacidad de las hembras para quedar preñadas y minan su capacidad de producir leche para alimentar a sus crías. Según algunos científicos, esto ha provocado una caída del 15 % en la tasa de nacimientos.
Recordemos que…
“La Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”.
Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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