Calle Cuba No. 2 entre Cárcel y Peña Pobre

22 de abril de 2016

|

Zenaida Iglesias Sánchez

Antiguo Bar “El Lucero” y vivienda
Hoy: Café “El Lucero”

 

 

El Café “El Lucero” destaca nuevamente en su estratégica ubicación, punto focal de todos los caminantes que recorren la antigua ciudad colonial, en el sitio donde la calle Cuba comienza su extenso recorrido. Especialistas y obreros de la Oficina del Historiador de la ciudad realizaron el proyecto de recuperación del vetusto y abandonado inmueble.
Un establecimiento comercial ocupó desde antaño la planta baja del edificio, que también estuvo destinado a vivienda en el siglo XIX; transformado en distintas ocasiones a lo largo de su historia, llegó al presente con alto grado de deterioro utilizado como vivienda únicamente, después del cierre definitivo del bar del mismo nombre –El Lucero–, que brindó servicios en la primera mitad del siglo XX. Se comenta que su último propietario fue un ex-boxeador profesional llamado Kid Rebollar.

 

 
Ese antiguo bar, durante más de medio siglo fue lugar de encuentro para los visitantes llegados por mar y de los habaneros que frecuentaban la zona. En el popular rincón habanero se dieron cita algunos intelectuales cubanos y a pesar de no haber tenido el atractivo de otros de su época, como el Sloppy-Joes o El Floridita, su modesto ambiente de barrio, genuinamente cubano, lo hizo predilecto de un nutrido grupo de clientes. Por aquellos tiempos de esplendor, los autos parqueaban junto al edificio en una pequeña explanada libre dispuesta a su frente. No existía ninguna división virtual entre el portal y la acera y el área de mesas se extendía un poco más allá de los límites por la calle Cuba. Las puertas se mantenían todas abiertas y existían dos victrolas una adentro y otra en el portal, que no dejaron de amenizar el lugar.
Luego de muchos años de abandono, el local hoy restaurado, hace gala de sus excelentes visuales, hacia la entrada de la bahía, el parque de La Maestranza, el antiguo Palacio Presidencial y el túnel de La Habana. Afirman los especialistas que el edificio es una construcción un tanto atípica por su tipología, pues presenta una mezcla de estilos que van desde sus marcadas proporciones clásicas usadas en el eclecticismo habanero de la época, pasando por el contraste tangible de la arquitectura colonial cubana reflejado en la carpintería. Tomando en cuenta la antigüedad de la construcción, se planteó conservar en el edificio las características decimonónicas, apariencia con la que llegó a nuestros días.

 

 
En manos de la compañía turística “Habaguanex S. A.” ofrece servicio de sodería en planta baja, con un bar más íntimo en el segundo nivel, llamado “La Malagueña”. El establecimiento actual, ambientado cuidadosamente con fotografías de la bahía y otras que revelan la imagen de El Lucero de antaño, se enorgullece de contar con seis sillas originales de la antigua casa comercial, con más de 100 años de existencia, motivo de atracción para el visitante.