José Martí y sus valoraciones acerca del acto de proclamación oficial del Partido Revolucionario Cubano
15 de abril de 2016
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Tras un proceso de varios años de intensa labor política realizada por José Martí y ya en 1892 tras algo más de tres meses en los que en los clubs conformados por grupos de patriotas analizaron y aprobaron las bases y estatutos secretos del Partido Revolucionario Cubano e incluso de haberse efectuado la elección de sus dirigentes, se realizó el acto de proclamación oficial de la citada organización. Esto ocurrió en Nueva York el 10 de abril de 1892.
Ya una semana antes, en la edición del periódico Patria correspondiente al tres de abril, Martí había manifestado en relación con la organización partidista que ya estaba próxima a ser fundada.
Comentó que los partidos suelen nacer, en momentos propicios, ya de una mesa de medias voluntades, aprovechada por un astuto aventurero, ya de un cónclave de intereses más arrastrados y regañones que espontáneos y unánimes, ya de un pecho encendido que inflama en pasión volátil a un gentío apagadizo, ya de la terca ambición de un hombre hecho a la lisonja y complicidad por donde se asegura el mando.
Y precisó: “Pero el Partido Revolucionario Cubano, nacido con responsabilidades sumas en los instantes de descomposición del país, no surgió de la vehemencia pasajera, ni del deseo vociferador e incapaz, ni de la ambición temible; sino del empuje de un pueblo aleccionado, que por el mismo Partido proclama, antes de la república, su redención de los vicios que afean al nacer la vida republicana. Nació uno, de todas partes a la vez. Y erraría, de afuera o de adentro, quien lo creyese extinguible o deleznable. Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura, lo que un pueblo quiere. El Partido Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano.”
Seis días más tarde de haberse proclamado oficialmente el Partido Revolucionario Cubano, en otro trabajo reflejado en “Patria”, Martí el simbolismo de ese instante.
Destacó en ese material difundido el 16 de abril de 1892 que la constitución del Partido Revolucionario Cubano serviría como instrumento capaz de cohesionar a los cubanos y puertorriqueños interesados en lograr la independencia de Cuba y también de contribuir a alcanzar similar objetivo con respecto a Puerto Rico.
Señaló Martí en la parte inicial del citado trabajo: “A una misma hora, el día 10 de abril, se pusieron en pie todas las asociaciones cubanas y puertorriqueñas que mantienen fuera de Cuba y Puerto Rico la independencia de las Antillas, y todas proclamaron constituido por la voluntad popular, y completo por las elecciones de los funcionarios que establece, el Partido Revolucionario Cubano, creado por las emigraciones unánimes con el fin de ordenar, con respecto a los intereses legítimos y a la voluntad del país, las fuerzas existentes y necesarias para establecer en él una república justa.”
José Martí resaltó que para el servicio desinteresado y heroico de la independencia de Cuba y Puerto Rico se fundaba el Partido Revolucionario Cubano y no para la obra fea y secreta de allegarse simpatías por pagos y repartos de autoridad o de dinero.
Y seguidamente aseguró: “Para la obra común se funda el partido, de las almas magnánimas y limpias.”
Martí igualmente resumió en elocuentes palabras el instante del surgimiento de la organización partidista y señaló que bello era ver alzarse en una sola idea, de entusiasmo y prudencia a la vez, a un pueblo de orígenes diversos y composición difícil, en la hora suprema en que se requieren juntamente la prudencia y el entusiasmo.
Además precisó al referirse a las características del Partido Revolucionario Cubano y a la labor que debía llevar a cabo: “¡Bello es ver a un partido de revolución, que quiere seguir la obra radical de los padres y criar raíces nuevas, no entrar en la vía oscura, preñada de derrotas y de sangre, de los celos entre guías y caudillos, ni rebajar la gloria de componer una república durable a la tarea relativamente mezquina de continuar en una república nominal las injusticias y desdenes feudales de una factoría que no se puede echar abajo sin el sacrificio y la ayuda de aquellos con quienes se es desdeñoso e injusto!”
Más adelante manifestó que después de lo acaecido el 10 de abril de 1892 ya existía una organización en la que se combinan la república democrática y la acción enérgica, “para concertar con las islas el modo oportuno de fomentar y ayudar sin violencia ni premura la guerra incontrastable; para impedir, por cuantos medios aconseje la prudencia, que el enemigo logre su deseo de sofocar el levantamiento general por el descrédito de los levantamientos locales e imperfectos que le es fácil vencer y que provoca; para que el país, por falta de ordenación oportuna, no atraiga y justifique el arrebato de un caudillo impaciente, con igual daño grave del caudillo, y de la república; para componer la guerra, y preparar la victoria, de modo que las aseguren, por el equilibro de la justicia de los hechos, los factores mismos que por su diversidad y recelos pudieran perturbarla; y para procurar que la fundación de la república no caiga en manos incapaces ni parciales.”
Varios meses más tarde de haberse constituido el Partido Revolucionario Cubano, José Martí volvió a escribir en el periódico Patria, esta vez el 25 de junio de 1892, acerca de la organización y cómo había sido su nacimiento.
Detalló que los partidos políticos que han de durar; los partidos que arrancan de la conciencia pública, que vienen a ser el molde visible del alma de un pueblo, y su brazo y su voz, que no tienen por objeto el beneficio de un hombre interesado, o de un grupo de hombres, no se habrían de organizar con la prisa indigna y artificiosa del interés personal, sino, como se había organizado el Partido Revolucionario Cubano, con el desahogo y espontaneidad de la opinión libre.
Y agregó al hacer referencia al proceso previo que culminó con la creación del Partido Revolucionario Cubano: “A veces, esperar es morir. A veces, esperar es vencer. Y esto ha sucedido en el Partido Revolucionario Cubano.”
De las características y objetivos del Partido Revolucionario Cubano José Martí continuaría haciendo referencia en otros trabajos publicados en “Patria” en el transcurso de los siguientes meses de 1892 y en los años 1893 y 1894.
Por ejemplo, el 17 de abril de 1894, Martí señalaría en el periódico Patria que el Partido Revolucionario había entrado en su tercer año de vida “convencido de que la independencia de Cuba y Puerto Rico no es sólo el medio único de asegurar el bienestar decoroso del hombre libre en el trabajo justo a los habitantes de ambas islas, sino el suceso histórico indispensable para salvar la independencia amenazada de las Antillas libres, la independencia amenazada de la América libre, y la dignidad de la república norteamericana.”
Y resaltó: “¡Los flojos, respeten: los grandes, adelante! Esta es tarea de grandes.”
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