La fusión

4 de marzo de 2016

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Hamilé Rozada Bestard

 

 

En la actualidad, se ha generalizado el término fusión entre los músicos cubanos, para referirse a la mezcla que ellos hacen, de elementos pertenecientes a diferentes géneros, estilos, ritmos… Pero lo que algunos piensan es un fenómeno del siglo XXI, existe desde hace mucho. A este tema, y al verdadero significado del término, dedicaré mi comentario de hoy.
Ante todo debo aclarar que la fusión se ha realizado desde los años sesenta de la pasada centuria, aunque muchos crean que fue en la década de los ochenta cuando se inició este fenómeno, y que no es un género sino un estilo. Si hacemos un recorrido histórico, descubriremos que el norteamericano Miles Davis utilizó la fusión de manera magistral en una obra titulada: “Bitches Brew” (1969-70), y que desde los años cuarenta ya existía fusión en el jazz afrocubano (hoy jazz latino).

 

 
Pero voy más allá, ¿qué es la transculturación sino un proceso de fusión? Según Leonardo Acosta: tres géneros fundamentales marcan la música bailable cubana: danzón, son y rumba; aunque solo el primero posee “ilustres ancestros europeos” y fue el primer ritmo afrocubano aceptado nacionalmente. Pero además –refiere Acosta– “ha sido una especie de cazuela en la que pueden combinarse todos los ingredientes, pues dentro de la estructura del danzón han entrado desde arias de óperas hasta piezas de Broadway, y en ciertos momentos incluyó partes del género que lo desplazaría del gusto popular: el son”. ¿Y qué hizo Dámaso Pérez Prado, sino fusionar en el mambo no solo elementos de la música popular cubana, sino del jazz?

 
Lo antes expuesto, evidencia que en la música cubana siempre ha existido la fusión, donde prevalecen los elementos africanos e hispánicos; pero este fenómeno también se observa en los países latinoamericanos donde, incluso, Brasil, tiene elementos aborígenes.
Entonces, podemos decir que el término fusión es, ante todo: mezcla, sincretismo, síntesis… Y que nada tiene que ver con lo simple o superficial que algunos músicos (por suerte los menos) están haciendo. Es importante señalar que los ritmos surgidos en los años 60 del pasado siglo, y otros de más reciente creación, son el resultado de una fusión, y que este fenómeno también está presente en géneros no bailables, aunque de manera diferente, como veremos de inmediato.
Empezando por la denominada nueva trova, todos sabemos que sus cultores utilizan diferentes tipos de canción, aunque sin olvidar el son, el rock, el folklore sudamericano, ritmos caribeños… Pero como ellos conforman un movimiento eminentemente cancionístico, la fusión no es tan evidente como sucede en otros casos. Algo similar ocurrió antes con el feeling
Luego de lo expuesto, me parece que el término fusión resulta demasiado simplista de la manera en que suele usarse entre muchos de nuestros músicos, posiblemente porque ellos ignoran cuándo surgió este fenómeno tan importante y cuál es su verdadero significado. Tal vez deberían indagar un poco sobre el asunto. Por otra parte, considero que la fusión no resta valores a la identidad de nuestros géneros. Y cierro mi comentario, con las sabias palabras de Leonardo Acosta cuando dice:

“Los géneros o corrientes que para mí tipifican lo que es fusión serían: el jazz afrolatino, la bossa nova (samba y jazz), la salsa, el jazz-rock y la rumba flamenca. Pero si aún subsiste alguna duda en el lector interesado, que oiga la fusión de música ancestral yoruba con jazz-rock y diversos géneros cubanos que hacen grupos como Mezcla y Síntesis, por no hablar de las orquestas de timba…”