José Martí: conceptos que reflejó en trabajos que publicó en la Revista Universal de México
5 de febrero de 2016
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Aunque José Martí había elaborado algunos trabajos en Cuba y durante su estancia en España como deportado, puede decirse que su labor periodística en México, entre 1875 y 1876, pone de relieve sus condiciones en el ejercicio de dicha profesión.
Martí llegó al territorio mexicano el 8 de febrero de 1875 un vapor a través del puerto de Veracruz y de ahí siguió en tren hacia la capital. Al llegar, precisamente, dos días más tarde a Ciudad México fue recibido por su padre, Mariano, quién estaba acompañado de Manuel Mercado, entonces Secretario del Distrito, quién era vecino suyo.
Decisiva fue la ayuda que en días posteriores le brindó Mercado al joven Martí que entonces recién había acabado de cumplir 22 años. Fue Mercado quién lo vinculó con la Revista Universal, importante publicación con la que Martí empezó primero a colaborar y después laboró hasta finales de 1876.
Ya en marzo publicó su primer trabajo en ese diario de literatura, política y comercio, pero es a partir del 7 de mayo cuando en esta publicación empieza a reflejarse un boletín que él redacta y que firma con el seudónimo de Orestes.
Los primeros aspectos comentados por Martí en el citado boletín guardaron relación con las fiestas realizadas en México con motivo del cinco de mayo y resaltó al respecto que bien hacia el pueblo mexicano en celebrar fiesta el día en que el enemigo de su libertad fue atacado y abatido y agregó que esa fiesta no significaba odio, sino que representaba y homenajeaba a la independencia patria.
Martí precisó que las fiestas nacionales son necesarias y útiles y que los pueblos tienen la necesidad de amar algo grande, de poner en un objeto sensible su fuerza de creencia y de amor.
Advirtió que nada debe destruirse sin que algo se levante y también enfatizó seguidamente: “Extinguido el culto a lo místico, álcese, anímese, protéjase el culto a la dignidad y a los deberes. Exáltese al pueblo: su exaltación es una prueba de grandeza”.
Durante 1875 y hasta el mes de octubre del año siguiente en que cesó de publicarse la Revista Universal, al producirse la caída del gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada ante una insurrección encabezada por Porfirio Díaz, Martí se mantuvo escribiendo para esta publicación en la que trató una gran diversidad de temas, tanto de carácter político como cultural, y otros aspectos de la vida del pueblo mexicano.
Entre los temas analizados por Martí estuvo la situación de los indios mexicanos, acerca de los cuales hizo referencia, por ejemplo, en el trabajo que se publicó en la Revista Universal el 14 de septiembre de 1875.
Tras recordar que a ellos se les desdeñaba, incluso se les catalogaba como una raza muerta, y eran considerados como un estorbo enojoso, planteó algunas interrogantes destinadas a llamar la atención con vistas a la posible y necesaria incorporación de los indios al desarrollo de la sociedad mexicana.
Manifestó al resumir su preocupación sobre la problemática indígena en México expuso: “¿Qué ha de redimir a esos hombres? La enseñanza obligatoria. ¿Solamente la enseñanza obligatoria, cuyos beneficios no entienden y cuya obra es lenta? No la enseñanza solamente: la misión, el cuidado, el trabajo bien retribuido. En la constitución humana, es verdad que la redención empieza por la satisfacción del propio interés”.
Y añadió: “Dense necesidades a estos seres: de la necesidad viene la aspiración, animadora de la vida.”
Es indudable que la labor de Martí como periodista en México entre 1875 y 1876 no sólo le proporcionó un medio de vida, sino que constituyó para él una gran enseñanza.
Le permitió además poder mostrar, y probarse a sí mismo, como lo que después llegó a ser, un notable periodista.
El doctor Pedro Pablo Rodríguez, en un trabajo titulado Ojeada al periodista José Martí, que está reflejado en el libro El periodismo como misión, publicado en el 2002 y reeditado en el 2013 por la editora Pablo de la Torriente en colaboración con el Centro de Estudios Martianos, señaló que Martí hizo y aprendió de todo en aquel periódico que reunía la flor y nata de las letras mexicanas de entonces y manifestó además que “aquella fue una excelente prueba de periodismo para Martí, quien aprendió todos los géneros, asimiló la necesidad de escribir velozmente y acerca de una variada gama temática, supo cubrir el espacio vacío de una página y se enamoró de la corrección de las pruebas, del olor de la tinta, de la composición de las planas, del ruido de las prensas, del ejemplar aún caliente que llegaba a manos de los redactores tarde en la noche”.
La labor periodística de Martí en México sirvió para que él reflejara en los trabajos que publicó principios de gran significación que en la actualidad mantienen una gran relevancia y vigencia.
Por ejemplo Martí en un trabajo reflejado el 13 de mayo de 1875, comentó en torno a la educación, y de modo muy especial la instrucción de las mujeres, así como la trascendencia de la formación de los niños.
Martí expuso que si la educación de los hombres es la forma futura de los pueblos, la educación de la mujer garantiza y anuncia los hombres que de ella han de surgir.
Y sobre la adecuada formación de los niños precisó que deben cultivarse en la infancia preferentemente los sentimientos de independencia y dignidad.
Martí en sus trabajos en la Revista Universal también detalló criterios de singular relevancia en relación con los pueblos. Señaló el 25 de mayo de 1875 que un pueblo no es una masa de criaturas miserables y regidas y que no tiene el derecho de ser respetado hasta que no tenga la conciencia de ser regente.
Seguidamente expresó: “Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos; empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos”.
En otra parte de ese trabajo opinó sobre la poesía acerca de la cual enfatizó:
“La poesía de las naciones libres, la de los pueblos dueños, la de nuestra tierra americana, es la que desentraña y ahonda, en el hombre las razones de la vida, en la tierra los gérmenes del ser”.
E igualmente hizo referencia al papel de la prensa. En el trabajo publicado el 8 de julio de 1875, en la Revista Universal de México, reflejó la siguiente reflexión: “No es el oficio de la prensa periódica informar ligera y frívolamente sobre los hechos que acaecen, o censurarlos con mayor suma de afecto o de adhesión”.
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