La pesadilla del reo Bawazir
27 de enero de 2016
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Pesadilla, según el diccionario Larousse es un “sueño poblado de imágenes desagradables…”
Busqué la definición, para encontrar una explicación sobre los motivos que pudiera tener Muhammad Bawazir, prisionero que ha pasado los últimos 14 años de su vida en la cárcel de la ilegal base de Guantánamo; y que ahora no aceptó montar el avión que lo llevaría a un país para él desconocido.
Bawazir llegó a Guantánamo a los 21 años de edad, tras haber sido detenido en Afganistán. Nunca fue acusado ni condenado, como ha ocurrido con muchos otros de los reos que por más de una década han estado encerrados, han sido maltratados y en algunos casos no pudieron resistir tanto vejamen y murieron de mano de sus torturadores.
Se trata de “una reacción muy emotiva de un hombre que ha estado encerrado durante 14 años. Está deprimido, parece un personaje de la película The Shawshank Redemption (Sueños de libertad) que, tras pasar muchos años tras las rejas, no es capaz de manejar su vida cuando finalmente obtiene la libertad”, señaló su abogado John Chandler.
“Él siempre ha sido muy sensible. Cuando estaba en huelga de hambre me dijo: ‘Todo lo que quiero hacer es morir’. Simplemente no aguantaba ese lugar”, comentó el letrado.
En los 14 años que lleva en prisión, Bawazir ha protagonizado varias huelgas de hambre. En una de ella llegó a pesar 41 kilos, lo que hizo que las autoridades decidieran alimentarlo por la fuerza para evitar que falleciera.
El reo está muy aterrorizado y, aunque su decisión de quedarse en la prisión de Guantánamo, ha resultado de gran impacto, un temor mayor suscita el hecho de lo que pueda ocurrir con él, después que el presidente Obama abandone la Casa Blanca a comienzos del 2017.
La cárcel en la ilegal base de Guantánamo fue abierta por el presidente George W. Bush y, pese a reiterados compromisos, el actual mandatario norteamericano Barack Obama, aun no la ha podido cerrar.
Ha sido durante década y media una especie de almacén de imágenes desagradables, que llevó a varios de los presos a optar por el suicidio; y a otros como Bawazir, a tener miedo de ir hacia donde no tiene ningún familiar que lo pueda proteger.
Este yemení, de 35 años de edad y que fue llevado a esta prisión cuando solo tenía 21 años, ha tomado relevancia justo cuando se cumplen siete años desde que el presidente de EE.UU, Barack Obama, firmara una orden ejecutiva para cerrar el centro, precisamente el 22 de enero de 2009.
Hace unos días, el pasado 12 de enero, en su discurso del Estado de la Unión, Obama aseguró que la instalación “es costosa, es innecesaria y solo sirve como un folleto de reclutamiento para nuestros enemigos”.
Queda por ver hasta cuándo se mantendrá esta pesadilla de imágenes tenebrosas que como un manto obscuro cubre la vida de quienes en número cercano a los cien todavía están en la cárcel de la ilegal base de Guantánamo.
Su cierre, de producirse, sería una parte de un problema mayor: Estados Unidos tiene que devolver a Cuba ese territorio que ilegalmente ocupa la base.
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