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Paso positivo chino, pero EE.UU. no responde

25 de enero de 2016

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No obstante las afirmaciones del presidente Barack Obama de que los resultados mayormente favorables de la cumbre mundial medioambiental decembrina en París se deben a Estados Unidos, la realidad es que hasta ahora solo China ha demostrado fehacientemente que está dispuesta a dejar de ser una de las principales potencias contaminantes.
Aun son tímidas las acciones de Francia y Alemania para suministrar la tecnología necesaria a países en desarrollo con el fin de que disminuyan la contaminación.
En lo que concierne a China, el ejemplo de Beijing posiblemente apresuró los pasos al efecto, y ya se observan resultados favorables, mientras que en el resto del país dejarán de funcionare centenares de centros dañinos.
Lo importante de la acción china es que las resoluciones de París no obligan a nadie, y esto es realmente un problema, porque se conoce que entes gobernantes de diversas naciones no están dispuestos a disminuir las ganancias de los monopolios, como sucede en Estados Unidos.
Si China cumple su cometido, se habrá hecho un gran avance, porque, independientemente del ejemplo, la nación asiática ocupa un gran territorio y tiene la mayor población mundial.
Lo de Estados Unidos es otro problema, pese a las afirmaciones obamísticas, porque la mayoría opositora del Congreso, que es el que tiene que decidir, no parece dispuesto al divorcio con quienes realmente la patrocina.
En este contexto, el analista James Petras afirma que uno de los problemas es que se ha dejado a un lado a los movimientos sociales, ya que estos señalan la responsabilidad de los representantes gubernamentales en la toma de decisiones que afectan a los pueblos, particularmente a los menos desarrollados, que no son culpables de los desastres.

Algo aun más destructivo

Pero todos los esfuerzos que se deben realizar al respecto quedarían en ascuas, si Estados Unidos prosigue con sus guerras en todo el mundo e imposibilitan el necesario desarme nuclear.
Los conflictos agudizan el problema de los combustibles, al aumentar su extracción con el consiguiente deterioro medioambiental, Recordemos cuanto daño hizo la utilización por EE.UU. de plutonio enriquecido en las dos guerras que desató contra Iraq, así como la defoliación no divulgada realizada en Afganistán, al estilo de la que llevó a cabo en la agresión a Vietnam,
Ya el investigador y periodista Tom Engelhart había denunciado en septiembre último que las empresas más rentables del planeta están destruyendo la Tierra, al utilizar todas las formas posibles para encontrar nuevas formas de explotación de las reservas de combustibles fósiles y colocarlas en la atmósfera en forma de dióxido de carbono.
Y aseveró: “Si usted piensa que ahora mismo el mundo está viviendo los mayores desplazamientos de refugiados, solo espere hasta que las sequías sean aun más extremas y que aumente la inundación de las zonas costeras”.
Pero antes el profesor en biología molecular Richard Kurshnic y el trabajador en desarrollo comunitario en América Latina Jonathan Alan King habían denunciado que los “beneficios buscados… por altos ejecutivos están estrechamente vinculados con la posibilidad de destruir al planeta, y la eventual muerte de millones de personas. Esos ejecutivos son los que dirigen las empresas que desarrollan, mantienen y modernizan nuestro arsenal nuclear; ellos utilizan sus grupos de presión y su dinero para conseguir más de lo mismo en Washington”.
Hay mucha tela por donde cortar en ese mundo del egoísmo de quienes proclaman que allí se vive el sueño del Modo de Vida Americano, porque es a costa de la explotación y pobreza de un mundo que aun tiene que emanciparse y lograr salvar a un planeta donde cada vez se deteriora más su medioambiente.

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